El ministro de Finanzas de Estados Unidos, Jack Lew, fue recibido este día en Berlín por su homólogo alemán Wolfgang Schäuble, considerado el guardián de la disciplina fiscal alemana en Europa.

En esta ocasión, Lew aseguró frente a la prensa que expresó sus dudas al gobierno alemán y su convicción de que el Ejecutivo de este país debería hacer más para estimular su demanda interna.

La polémica acerca del superávit comercial de Alemania se desató en noviembre de 2013, después de que se dio a conocer que en septiembre el excedente en las exportaciones había superado los 20 mil millones de euros.

Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la Unión Europea (UE) y la Casa Blanca denunciaron que el superávit comercial alemán terminaría frenando la recuperación económica en la Europa afectada por la crisis, con consecuencias dañinas para la economía mundial.

Alemania rechaza las críticas y defiende su receta de ahorro y disciplina fiscal. Por esto Schäuble se vio obligado a aclarar: "No nos encontramos con el fin de censurarnos mutuamente sino con el fin de entendernos mejor".

Por su parte, el ministro alemán de Finanzas advirtió frente a las políticas de "dinero fácil" del Banco Central Europeo (BCE): la estrategia de los tipos de interés mínimos corre el riesgo de causar otras burbujas y otras crisis.

"Ambos coincidimos en que tenemos que observar con atención la formación de nuevas burbujas", dijo Schäuble. Por su parte, Lew no quiso expresarse acerca de las políticas del BCE.

Alemania ha sido hasta ahora uno de los países más críticos con la gestión del italiano Mario Draghi en el mando del BCE, considerada muy "anglosajona" por el hecho de centrarse en estimular la circulación de dinero para reactivar las inversiones y la economía.