La tasa de inflación interanual bajó en enero hasta situarse en el 0,7%, con el consiguiente riesgo de deflación.

Todo un dolor de cabeza para el Banco Central Europeo (BCE) que sigue pensando en cómo relanzar la economía.

Además la tasa de desempleo se mantuvo invariable en el 12% de la población activa. Entre tanto indicador preocupante aparece un rayo de esperanza: el paro juvenil en el conjunto de la eurozona cayó ligeramente, hasta el 23,8% entre los menores de 25 años.