Concretamente, en 2014 se prevé un crecimiento del 1,2 por ciento y una inflación del 0,8. Mientras que, en 2015, tiene que avanzarse un 1,7 con una inflación del 1,2.

Según los responsables de la Comisión, no hay peligro de deflación y en cambio unos precios que aumentan poco deberían favorecer el consumo privado y este moderado crecimiento. También se espera que el mercado laboral deje de degradarse.

“Desde que la economía de la Unión Europea salió de la recesión hace un año, las perspectivas se mantienen favorables”, manifestó el comisario de Economía en funciones Siim Kallas. “La recuperación sigue ganando impulso, incluyendo a los países vulnerables. Las políticas aplicadas en los recientes años están dando sus frutos. Las inversiones se relanzan, aunque el desempleo sigue siendo alto en muchos Estados”.

Este es el gran talón de Aquiles de esta recuperación, que continúa profundamente marcada por la austeridad. El paro debe empezar a descender en países como España o Grecia, pero en 2015 aun estará en el 24 por ciento. Por otra parte, la previsión es que este mismo año España supere el cien por cien de deuda pública con un déficit rondando todavía el seis por ciento.

Los datos tampoco son demasiado alentadores para países como Francia e Italia, que se rezagan cada vez más respecto a Alemania sea en déficit público o en deuda. Y sin que el paro deba bajar en estos dos Estados del sur del diez por ciento.