De hecho, el problema es que parte de este gas que llega a Polonia es reenviado después a Ucrania como compensación por el corte al país vecino de Gazprom. La compañía rusa castiga a los ucranianos porque no han pagado las facturas y como estrategia de Moscú contra el nuevo régimen proeuropeo de Kiev. Por ello, Polonia sufre ahora las consecuencias por ayudar a Ucrania.

“Esta mañana, nos llegaba un 45 por ciento menos de suministro de acuerdo con las mediciones”, detalló el portavoz de la empresa pública polaca de gas, Rafal Pazura. “Es difícil decir las razones por las que Gazprom no contestó a nuestra carta de ayer. No hubo reacción. Queremos creer que sólo se trata de problemas técnicos”.

El problema del suministro de gas afecta a la mayoría de los países de la Unión Europea porque de Rusia se importa una tercera parte del consumo y la mitad pasa por Ucrania. En el caso de Polonia, el gas ruso representa dos terceras partes de su consumo.

“Hemos sido informados por las autoridades polacas sobre la reducción de los flujos de gas desde Rusia”, manifestó la portavoz de la Comisión Europea, Marlene Holzner. “Dentro de las discusiones por el conflicto del gas, hemos propuesto una reunión trilateral entre los socios rusos, los socios ucranianos y nosotros que tendrá lugar el 20 de septiembre en Berlín”.

Desde Varsovia, se asegura que hay suficientes reservas para el invierno y que se ha compensado la bajada de Rusia con importaciones desde Alemania. Además, el gas ruso también llega desde Bielorrusia. Pero países como Eslovaquia empiezan ya experimenta las mismas dificultades.