La huelga entrará el miércoles en su décimo día, y la dirección de la aerolínea prevé el 46% de los vuelos, algo menos que los previstos este martes (48%).

Desde el 15 de septiembre, más de la mitad de los aviones de la compañía permanecen en tierra a raíz de esta huelga, la más larga de los pilotos franceses desde 1998.

Por primera vez desde el inicio del paro, entre 200 y 300 pilotos uniformados se manifestaron por la tarde en París cerca de la Asamblea Nacional, la cámara baja del Parlamento.

Llevaban una pancarta en la que se leía "salvemos el trabajo francés", en referencia a sus temores de que el desarrollo de Transavia favorezca una deslocalización de empleos a otros países europeos.

Poco antes, el primer ministro Manuel Valls llamó una vez más al cese del movimiento.

"Esta huelga no tiene razón de ser, no es comprendida por los franceses, perjudica la imagen de Francia y representa un verdadero peligro para la compañía", dijo, instando a los pilotos a "examinar laspropuestas de la dirección" de Air France.

El lunes pareció que se perfilaba el fin del conflicto, tras la propuesta del presidente de Air France-KLM, Alexandre de Juniac, de suspender el proyecto de expansión de Transavia en Europa hasta diciembre. Sin embargo, los pilotos la rechazaron, calificándola de "cortina de humo", y subieron el tono, pidiendo la supresión pura y simple del proyecto.

El principal sindicato de pilotos, el SNPL, estimó que la propuesta de la dirección no da ninguna garantía contra los riesgos de "dumping social".