El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, establecido por la ONU en 1981 para
concienciar y prevenir la violencia física, sexual, psicológica y económica que se perpetua contra mujeres y niñas todos los días.
  
El origen de la violencia que sufren mujeres y niñas en todo el mundo es la discriminación y la desigualdad por razones de género. Ésta afecta en mayor medida a grupos históricamente vulnerables o en situación de marginación, como pueden ser las mujeres y las niñas de minorías étnicas o de comunidades indígenas, migrantes, refugiadas, desplazadas o solicitantes de asilo, mujeres rurales, adultas mayores, con discapacidad, de la diversidad sexual, mujeres sin hogar y/o víctimas de trata de personas o de comercio ilícito de órganos, entre otras. De ahí la necesidad de escuchar todas sus voces y desarrollar respuestas holísticas.  
 
 Por tal motivo el gobierno del Estado de México, la Secretaría de Educación y el Instituto Superior de Ciencias de la Educación del Estado de México (ISCEEM) reafirmamos nuestro compromiso de continuar trabajando para erradicar y atender la violencia de género se llevó a cabo en el ISCEEM la Conferencia Magistral del Sistema de impartición de Justicia “Retos frente a la violencia de género “impartida por distinguida jurista María de la Luz Quiroz Carbajal, quien destacó la impartición de justicia con perspectiva de género.
 
También se realizó la difusión de la exposición de materiales informativos en torno a la violencia de género y se emprendió una mesa de diálogo denominada “Mujeres académicas frente a la violencia de género” con la participación de varias panelistas especialistas en la materia.
 
Los esfuerzos que ha emprendido el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza en la prevención y eliminación de la violencia son clave, tales como el fortalecimiento de sus marcos normativos, la generación de alianzas interinstitucionales y multisectoriales, el robusto trabajo en materia de datos y estadísticas que den cuenta de la magnitud de la violencia y la creación de una amplia red de centros de justicia para las mujeres. No obstante, falta mucho por hacer. La violencia contra las mujeres, adolescentes y niñas debe ser tratada como la emergencia que es: con recursos, leyes y voluntad política. 
 
Terminar con la violencia implica creer a víctimas y a sobrevivientes; educar en la diversidad y en el respeto, garantizar que las escuelas sean espacios libres de violencia, adoptar soluciones integrales que atiendan las causas estructurales de las desigualdades de género; transformar las normas sociales dañinas, incluyendo las prácticas nocivas de género, que perpetúan la violencia y discriminación, y empoderar a las mujeres, adolescentes y a las niñas, sin dejar a nadie atrás.  
 
Finalmente debemos condenar y no dar ningún espacio a discursos de violencia contra las mujeres. Quienes promueven estos mensajes no pueden tener cabida en ninguna democracia. Se podrá pintar de naranja a una nación, pero sin acción de nada sirve.