La forma desordenada e irregular en la que numerosos grupos de personas salen de países pobres o con conflictos, se ha vuelto un problema social, que
está ocasionando además la muerte ya no solo de un familiar que buscaba una mejor calidad de vida, sino que ahora salen familias completas padre, madre e hijos (que pierden la vida), y hemos sido testigos en las noticias que para cruzar las fronteras se prestan hacerlo en las peores condiciones, que en muchas ocasiones termina en fatalidad.
 
Primero he de mencionarles el caso de los subsaharianos que murieron al cruzar la valla que divide a Marruecos de la ciudad autónoma de Melilla, donde 23 perdieron la vida y más de 76 resultaron con heridas graves, al ser golpeados, pateados, atacado con piedras y empujados en la cerca de púas, por funcionarios, con una brutalidad excesiva.
En nuestro país, por solo mencionar un dato, en los primeros 5 meses más de 30 migrantes indocumentados se arriesgaron al intentar cruzar el Río Bravo, el cual tiene muy bajas temperaturas, una gran profundidad y una fuerte corriente, inclusive a costa de su propia vida.
 
Y qué podemos decir de los 53 migrantes muertos en un tráiler en San Antonio, Texas, mientras que once están hospitalizados, 39 de ellos hombres y 12 mujeres, la mayoría jóvenes ilusionados de realizar el sueño americano y vivir mejor y ayudar a sus familias, de ellos 27 eran de México, 14 de Honduras, siete de Guatemala y dos de El Salvador.
 
Sin duda, los gobernantes, las organizaciones internacionales, tendrían que reunirse para analizar las problemáticas existentes en los países que hacen que salgan huyendo a sus habitantes, planificar políticas públicas que brinden tranquilidad para que se queden en sus lugares de origen a estudiar, trabajar y formar hogares.
 
De acuerdo con el Portal de Datos Mundiales sobre la Migración, en el 2020 fueron 272 millones de migrantes internacionales (personas que residen en un país distinto al de nacimiento y que están entre los 20 y 64 años), Asia acoge alrededor de 31%, en Europa el 30%, las Américas el 26%, África el 10% y Oceanía 3%.
 
Existen leyes como la Ley de Migración y la Ley sobre Refugiado, Protección Complementaria y Asilo Político a nivel Federal, y la ONU en su Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible reconoce por primera vez la contribución de la migración al desarrollo sostenible con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que contienen metas e indicadores para la migración y el desplazamiento; estas leyes, normas, reglamentos y disposiciones simplemente no se aplican, además de que en la Cumbre de la ONU sobre los Refugiados y los Migrantes, el Secretario General, António Guterres pidió unirse como países en torno a un enfoque más humanitario y coordinado, pero la verdad es que cuando los que emigran llegan a las fronteras, en su mayoría reciben un trato es inhumano.
 
Todos pertenecemos a la raza humana, por lo que la solución a la migración es responsabilidad de todos.