México, 12 de septiembre 2022: México y Estados Unidos planean aprovechar la enorme inversión del gobierno del presidente estadounidense Joe Biden en la

manufactura de semiconductores para impulsar la integración de sus cadenas de suministro y la producción de vehículos eléctricos a través de la industria mexicana del litio, informaron funcionarios de ambos países el lunes.

Las iniciativas de las dos naciones tienen como fin disminuir la ventaja de Asia en el terreno de los semiconductores y de las baterías necesarias para los vehículos eléctricos, y promover la producción norteamericana.

Esos fueron algunos de los principales temas que se abordaron en el Diálogo Económico de Alto Nivel entre los dos países en la capital mexicana.

“Elementos fundamentales de las cadenas de suministro de semiconductores ya están bien establecidos en México, con compañías estadounidenses como Intel y Skyworks que realizan investigación y desarrollo, diseño, ensamblado y manufactura de prueba en partes de México”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.

Blinken y la secretaria de Comercio estadounidense, Gina Raimondo, habían hablado horas antes con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador acerca de las oportunidades para que México aproveche una ley aprobada recientemente en el Congreso de Estados Unidos, la cual proporcionaría 28.000 millones de dólares en incentivos para la producción de semiconductores, 10.000 millones de dólares para nueva manufactura de chips y 11.000 millones de dólares para investigación y desarrollo.

López Obrador, por su parte, explicó su plan para convertir al estado norteño de Sonora en líder en la producción de litio, vehículos eléctricos y energía solar, indicó el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard. El presidente mexicano dijo el mes pasado que ya había discutido la idea con Biden.

El litio es un componente clave de las baterías para vehículos eléctricos y su exploración y explotación quedó nacionalizada en México desde mayo.

Blinken indicó que otra parte de la nueva ley estadounidense tiene como fin incentivar el cambio a vehículos eléctricos y la producción local de las baterías que requieren.

La participación de México en todos estos proyectos supondrá empleos e integración, declaró Ebrard, y que la economía del país pueda crecer al doble del ritmo actual, con lo cual se podrá "reducir la pobreza mucho más rápido" y acelerar el desarrollo de infraestructura.

Este foro de diálogo, iniciado por el entonces vicepresidente Biden en 2013, se reanudó el año pasado en Washington tras haberse suspendido durante el gobierno del presidente Donald Trump.

La escasez mundial de semiconductores ha afectado la producción de automóviles, electrodomésticos y otros bienes, lo que alimenta la inflación.

Al preguntárseles acerca de las disputas entre ambos países con respecto al sector eléctrico —principalmente debido a leyes mexicanas que benefician a las compañías paraestatales del país, las cuales utilizan más energías sucias, por encima de algunas privadas, que se han enfocado en renovables_, los funcionarios aseguraron que se están solucionando dichos desacuerdos dentro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y de forma que se inspire confianza a los inversores.

Por la mañana, López Obrador dejó entrever que se avanza en el entendimiento sobre este tema, al asegurar que “hay un tono distinto” al abordar las diferencias entre ambos países con respecto al sector energético.

Antes de las conversaciones, Brian Nichols, subsecretario para Asuntos del hemisferio occidental —quien también participa en el diálogo_, dijo que una de las prioridades era promover el desarrollo en el sur de México y en Centroamérica. El arribo de migrantes de El Salvador, Honduras y Guatemala a la frontera estadounidense han disminuido este año en comparación con el anterior, según la Patrulla Fronteriza, aunque el número de encuentros totales sigue en aumento.

La vista de la amplia delegación estadounidense tiene lugar en un momento en que el gobierno de México enfrenta críticas internacionales por sus medidas más recientes con las que se está incrementando la militarización del país, sin que la violencia ni la inseguridad disminuyan, y en vísperas de la Asamblea General de la ONU, donde López Obrador quiere presentar una propuesta para lograr la paz en Ucrania.

El mandatario mexicano, que se ha mantenido cercano a Moscú y se negó a sancionar económicamente a Rusia, propuso crear una comisión mediadora integrada por el papa Francisco, el secretario general de la ONU António Guterres, y el primer ministro de la India, Narendra Modi, para establecer conversaciones entre el presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo ucraniano Volodymyr Zelenskyy. El lunes dijo que desarrollará más la propuesta en su discurso por el día de la Independencia, que pronunciará el viernes.

Después de que el año pasado el invitado de honor a dichas celebraciones fuera el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, este año entre los invitados de López Obrador están la hija del líder revolucionario Ernesto “Che” Guevara y familiares de Julian Assange, el fundador de WikiLeaks.