Ciudad de México, México, 20 de octubre de 2025 ::: El año pasado, 38.1% de la población de Veracruz, Hidalgo,

Puebla, San Luis Potosí y Querétaro, los estados más afectados por las recientes lluvias, estaba en situación de pobreza. Esta cifra equivale a 8.9 millones de personas, 3.5 millones menos que en 2020, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

 Sin embargo, expertos advierten que las recientes inundaciones podrían revertir los avances en pobreza de los últimos años y, en algunos casos, incluso provocar un aumento en la pobreza extrema. “En los últimos cinco años, algunos habitantes de los municipios afectados podrían haber superado su estado de pobreza o pobreza extrema, pero lamentablemente, por las afectaciones de las fuertes lluvias, podrían haber retrocedido a ese estatus”, explicó José Nabor Cruz, ex secretario ejecutivo del Coneval.
Aproximadamente 3 millones de personas viven en los 91 municipios más afectados por las lluvias en estas cinco entidades. De ellos, 2 millones, es decir, 67%, estaban en situación de pobreza en 2020, según la última medición municipal realizada por el extinto Coneval. Por municipio, la proporción de población vulnerable podría ser aún mayor.
Datos históricos muestran que, en 2020, 1.6 millones de habitantes de estas localidades carecían de acceso a servicios básicos en la vivienda; 851 mil tenían dificultades para conseguir alimentación nutritiva; 540 mil enfrentaban problemas de calidad o espacio en sus casas; y 539 mil carecían de servicios de salud. Estos problemas se han visto agravados por las recientes lluvias e inundaciones.
Los municipios más afectados presentan tasas de pobreza alarmantes. En Veracruz, Coyutla y Espinal tenían 84% y 78% de pobreza, respectivamente; en Hidalgo, Tianguistengo y Huehuetla alcanzaban 79% y 76%; en Puebla, Tlacuilotepec y Pahuatlán reportaban 84% y 83%; y en San Luis Potosí, Tampacán y San Vicente Tancuayalab registraban 77%. En Querétaro, Pinal de Amoles alcanzaba 72%, mientras San Joaquín se ubicaba en 43 por ciento.
Incluso hay municipios donde más de 90% de la población era pobre antes de las lluvias. En Puebla, Eloxochitlán tenía 96% de pobreza, Chiconcuautla 93%, y Tlaola y Hutzilan 92% cada uno. En Veracruz, Texcatepec alcanzaba 93%, Zontecomatlán e Ilamatlán 92%, y en San Luis Potosí, Aquismón 91 por ciento.
Según Nabor Cruz, la recuperación depende de cuatro factores: la rapidez para reactivar la economía local, la recuperación de vías de comunicación, la situación de la vivienda y el acceso a alimentación adecuada. “Si se reponen pronto los accesos carreteros y los servicios educativos, de salud y alimentación, la población podrá recuperarse con mayor rapidez”, indicó.
Especialistas de Banamex estiman que el impacto económico a nivel nacional será marginal, aunque localmente las comunidades vulnerables enfrentan serios retos. Poza Rica, Veracruz, registra dificultades logísticas; la sierra norte de Puebla pierde temporalmente acceso a mercados de café de especialidad; y en Hidalgo, la agricultura de subsistencia y el empleo informal se ven afectados. Querétaro y San Luis Potosí experimentan interrupciones menores en turismo y cultivos locales.
El Gobierno federal estima un gasto de hasta 16 mil millones de pesos para la reconstrucción, lo que podría compensar parcialmente las pérdidas, similar a lo ocurrido tras el huracán Otis en 2023 en Guerrero.
Frente a este panorama, la coordinación interinstitucional y la atención rápida a infraestructura, vivienda, servicios básicos y alimentación son cruciales para evitar un retroceso mayor en los avances de pobreza alcanzados en los últimos cinco años.