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Ante la crisis en el sector de la construcción de viviendas que viene padeciendo el país desde del 2010, que provocó la caída en la Bolsa de Valores de las acciones de las seis principales inmobiliarias, Homex, GEO, SARE, ARA, Morgab y URBI, éstas proponen su salvación con recursos públicos.

Armando Flores, presidente del Centro de Investigación y Mediación Social (Cimes) señaló que las finanzas nacionales no pueden cargar con el peso de los errores de quienes se lanzaron a la especulación creyendo ganar dinero a manos llenas y que hoy al no poder cobrar buscan un salvavidas.

Recordó que “ya vimos a grandes rasgos las consecuencias de la crisis en este sector con el caso ilustrativo estadunidense, por lo que deben buscarse salidas integrales, más inteligente e inmediatas que ayuden a frenar las repercusiones críticas del sector en México”.

Ello porque tampoco se puede abandonar al sector inmobiliario que es sensible sobre todo porque afecta a otras industrias como el acero, el cemento, sin olvidar la mano de obra y el empleo.

Armando Flores, recordó que por sus propios errores, desde el 2010 las acciones de las seis principales desarrolladoras inmobiliarias en la Bolsa Mexicana de Valores ha caído:  Homex, 74.56 por ciento;  GEO, 78.46 por ciento;  SARE; 87.50 por ciento; ARA 44.50 por ciento,  Morgab, 77.62 por ciento y  URBI, 89.42 por ciento.

 El líder social, recordó que la crisis inmobiliaria en Estados Unidos comenzó en un momento de auge y gran optimismo económico, los bancos e instituciones financieras proveyeron los créditos baratos para bienes y raíces suponiendo que el valor de las casas siempre iría en aumento.

Al tener un número descomunal e incontrolable de personas con créditos hipotecarios que en un momento ya no pudieron pagar, el sistema financiero empezó a sentir la presión, causando el colapso de Wall Street, debido no sólo a la codicia y a la falta de regulación estatal de un sector hiperactivo, sino también  a la crisis de sobreproducción que había venido minando el sistema económico.

 Finalmente, el rescate costo al tesoro de los Estados Unidos 700 mil millones de dólares de las obligaciones hipotecariamente respaldadas en poder de los bancos, en un esfuerzo desesperado por restaurar la confianza en el sistema.

 Un esquema similar al estadunidense que las rescate con fondos públicos proponen las inmobiliarias colapsadas.

 Es decir que estas seis empresas pretenden otro Fobaproa. De acuerdo a la Auditoría Superior de la Federación el costo para las finanzas públicas del rescate de los bancos en 1995 ascendió a un billón 716 mil 67 millones de pesos, cantidad que equivale a 13.1 por ciento del producto interno bruto (PIB)”.

 También urgió a frenar los costos inflacionarios de la vivienda aterrizando fuera del contexto de la especulación sus costos y precios a efecto de replantear una política estricta de pagos y recuperación de la cartera vencida y deudores morosos.