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A pesar de tener 120 millones de habitantes y un amplio territorio, México apenas logra juntar 100 mil elementos militares encargados de cumplir labores de Seguridad Nacional y encargos que no les corresponden como la Seguridad Pública o combate contra el crimen organizado.

 A pesar de su entrenamiento especializado y equipo “tecnologizado”, los elementos castrenses no han logrado devolverle la paz de las familias mexicanas por falta de un marco legal que se los permita y de un presupuesto que les permita estar actualizados.

Cabe recordar que en los últimos años el presupuesto de las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y Marina (Semar) se ha incrementado 16 veces en los últimos 12 años, por lo que según el Presupuesto de Egresos de la Federación 2013 ambas dependencias recibieron recursos por 82 mil millones 675 millones 424 mil 855 pesos.

Sin embargo el Ejército y Fuerza Aérea mexicanos fueron los más beneficiados recibiendo un presupuesto de 60 mil millones 810 millones 570 mil 686 pesos, el cual según elementos castrenses “aún es insuficiente”, obligándolos a comprar armas en desuso y pedir a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) 100 millones de pesos más para la renovación de fusiles.

La investigadora del Centro Mexicano de Análisis Estratégico y Negociación, Magda Coss Nogueda publicó en el 2005 un trabajo acerca del estado de las Fuerzas Armadas Mexicanas, sin embargo siete años después las condiciones no han cambiado mucho.

A pesar que México a principios del siglo XX estuvo en la delantera de la carrera militar, años después las potencias del orbe lo obligaron a firmar convenciones y tratados que le prohibieron fabricar armamento pesado como misiles, proyectiles, submarinos, aviones cazas, entre otros, por lo que solamente puede producir armas pequeñas y ligeras.

El término armas pequeñas se utilizará para referirse a revólveres, pistolas, rifles, carabinas, ametralladoras de pequeño calibre, rifles de asalto y ametralladoras ligeras.

En cambio el de ligeras se le denomina al conjunto de ametralladoras pesadas; lanza granadas; cañones antiaéreos y antitanque portátiles; rifles sin retroceso; lanzamisiles antitanque, portátiles, sistemas de cohetes, y sistemas de misiles antiaéreos; morteros de calibres, inferiores a 100 mm; munición, proyectiles y misiles para todo lo mencionado anteriormente; granadas; minas; y explosivos.

Dichas leyes han provocado la dependencia armamentista del país, debido a que sólo tres organizaciones (Fabrica de Armas, Vestuario y Equipo de la Sedena, Productos Mendoza E industria Cabañas) pueden fabricar armas y municiones de poca potencia, mientras el equipo tecnologizado tiene que ser importado de los Estados Unidos y Israel.

Por ejemplo, la SEDENA otorgó la licencia a Productos Mendoza, con vigencia al 31 de diciembre del 2005, para la fabricación y venta de rifles calibre .22. Cuenta también con permiso para exportar y desde 1999 tiene autorización para producir subametralladoras HM-3 9mm Parabellum, armas que son las que utilizan las fuerzas de seguridad y el ejército mexicanos.

México exportador de armas

Gracias al Tratado de Libre Comercio (TLC) México se ha convertido en el mayor exportador de armas y municiones hacia Estados Unidos, después de Brasil. El principal productor de municiones para armas ligeras es Industrias Tecnos, con destino casi total hacia Estados Unidos bajo el sello Golden Eagle.

Tanto Productos Mendoza como Industrias Cabañas están autorizadas a la fabricación de rifles y pistolas calibre 4.5 y 5.5. mm., con vigencia al 31 de diciembre del 2005. Industrias Ruiz Cabañas de acuerdo a la información publicada por la SEDENA tiene la licencia para la fabricación y venta exclusivamente para la exportación de rifles calibre .22, entre otras.

De acuerdo a los informes de la SEDENA la producción de armamento en dicha fábrica es variable porque está destinada únicamente a cubrir las necesidades del ejército y fuerza aérea. Señala además que la producción no se comercializa o exporta con base en lo señalado en el Artículo 29 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y del Artículo 49 del Reglamento interior de la propia SEDENA que dicta que corresponde a la industria militar fabricar y reparar el armamento necesario para el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.

Sedena no puede controlar mercado ilegal de armas

A pesar de que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tenga las posibilidades de fabricar armamento, Magda Coss afirma que la dependencia federal no tiene control sobre las armas del país.

Pare ello identificó las debilidades en la materia del Ejército y Fuerza Áerea Mexicanos.

La SEDENA no cuenta con una base de datos del Registro Federal de Armas de Fuego, lo que le impide la toma de decisiones.

Las manifestaciones de posesión de armas de fuego de los particulares no están automatizadas, por lo que presenta un rezago en su registro.

La SEDENA carece de un sistema automatizado para controlar los permisos de portación de armas de fuego, lo que impide generar estadísticas confiables.

Debido a que las visitas de inspección y vigilancia a las instituciones o empresas con licencias para la portación de armas de fuego se realizan por las zonas militares, la Dirección General del Registro Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivos no genera estadísticas.

Respecto a la fabricación de armas de fuego y cartuchos la SEDENA no cuenta con una base de datos confiable, lo que la limita para generar estadísticas.

La SEDENA tampoco elabora estadísticas adecuadas respecto a las operaciones de los establecimientos que cuentan con permiso para comercializar cartuchos

Es deficiente el control que la SEDENA ejerce respecto a los clubes y asociaciones de tiro, caza y pesca, lo que le impide generar estadísticas precisas.

La inspección y vigilancia de permisos extraordinarios de transportación de armas de fuego es insuficiente.