México, 23 febrero 2023 —Cada vez que, en los últimos 35 años, un capo del narcotráfico de América Latina y el Caribe

pereció abatido a balazos por la policía o por sus enemigos mafiosos, cayó preso, viajó extraditado a Estados Unidos, recibió una condena a prisión o murió por causas naturales, la rueda de la guerra por la sucesión giró para desatar un reacomodo de las fuerzas locales, regionales, nacionales e internacionales del narcotráfico.

Tras el fallo de culpabilidad por narcoactividad que el jurado de una corte de Nueva York emitió este martes contra Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública de México de 2006 a 2012, las redes latinoamericanas y caribeñas del narcotráfico internacional seguirán funcionando con la misma normalidad que las caracterizó desde que, en junio de 1971, EU lanzó la hoy cuestionada guerra mundial contra las drogas. Un caso extremo evidenció que persistieron las mortales reglas mafiosas y que, con los cabecillas fuera de circulación, se reestructuraron: la extradición a EU, en abril de 2022, del expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández (2014-2022), por su presunto involucramiento en el tráfico ilícito de estupefacientes desde 2004 al mercado estadounidense.

Acusado de asociarse con el Cártel de Sinaloa, una de las más poderosas narcomafias mexicanas, Hernández se convirtió en 2022 en el primer expresidente de América Latina y el Caribe extraditado por narcotráfico desde 1971. Sin embargo, Honduras tampoco dejó de ser un estratégico trampolín en la ruta del incesante tráfico de cocaína de Colombia y Venezuela a México y EU. El escenario parecería calzar con la vieja máxima de… a rey muerto, rey puesto. "No es que haya un repuesto después de cada rey muerto o detenido. Hay muchos duques y duquesas que surgen de la caída de un liderazgo abatido [por la policía] o procesado judicialmente", aclaró el economista colombiano Jorge Restrepo, director del (no estatal) Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, de Bogotá.

"Como en cualquier actividad económica que genera rentas, legales o ilegales, hay una muy fuerte tendencia a la concentración precisamente por esas rentas y es lo que termina generando cárteles y estrategias de cartelización", dijo Restrepo . "En el crimen organizado, como las rentas ilegales son tan grandes, la tendencia a concentrar y formar cárteles es mayor. Por eso hay tanta violencia. Las disputas por esas rentas no se pueden resolver sino a través de la violencia. El movimiento a concentrar supone más violencia", subrayó. Al aducir que "acabar con el liderazgo de las organizaciones no resuelve el problema de base", explicó que, en la batalla por sustituir a los capos, "nunca va a haber competencia perfecta y ausencia de violencia, pero se reduce la capacidad de acumulación de rentas para generar capacidad de violencia".

Recalcó que "la lucha contra el crimen organizado genera mucho daño y violencia. No es la solución perfecta, pero dejar de luchar contra el crimen organizado porque no se resuelve el problema del narcotráfico es incorrecto. Sí ha habido avances. No es una lucha pírrica, para nada".

- Triunfos -

El historial de proclamas de victorias sobre el narcotráfico es abundante. Pablo Escobar Gaviria (1949-1993) y Gonzalo Rodríguez Gacha (1947-1989), líderes del Cártel de Medellín —el más poderoso y temible de Colombia en los últimos 25 años del siglo XX—, murieron en choques a balazos con la policía de su país. Los hermanos Gilberto (1939-2022) y Miguel Rodríguez Orejuela, del Cártel de Cali —otro de los más fuertes de Colombia en el siglo XX—, fueron extraditados de su país a EU en la década de 2000, al igual que su compatriota Fabio Ochoa, miembro de la mafia de Medellín.

Los narcotraficantes mexicanos Joaquín El Chapo Guzmán y Jesús El Rey Zambada, del Cártel de Sinaloa, fueron extraditados en este siglo a EU. La cúpula del Cártel de Guadalajara, que se asoció a los de Medellín y Cali y fue el más fuerte de México de 1978 a 1989, está en prisión, como los narcotraficantes mexicanos Miguel Ángel Félix Gallardo y Rafael Caro Quintero, o estuvo, como Ernesto Fonseca. Los tres cárteles dejaron de existir, pero la droga siguió fluyendo del sur al norte de América y el narcotráfico creció sin control.

La Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) informó en junio de 2022 que la producción mundial de cocaína subió de mil 723 toneladas en 2019 a mil 982 toneladas en 2020. No hay datos actualizados. "Cuando matan a los capos, ya tienen relevo", narró el abogado Gustavo Mata, ministro de Seguridad Pública de Costa Rica de 2015 a 2018. "Si los detienen, ya tienen relevo. Este problema no lo vamos a poder parar si no se toman medidas claras y contundentes principalmente con los países consumidores, que fijan la demanda y la oferta de la droga", advirtió Mata a este diario.