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Criminales famosos como el Joaquín Guzmán Loera, el Chapo Guzmán, Héctor Luis Palma, el Güero Palma y Daniel Arizmendi, el Mochaorejas son uno de los criminales quienes se encuentran presos en las 21 cárceles federales existentes del país las cuales se han convertido en un centro de exterminio similar a los campos de concentración Nazis.

Historias, mitos y que generalmente son realidad pero que la autoridad esconde, los 51 mil reos- criminales peligrosos- son sujetos a torturas inconcebibles para cualquier mente humana, sin importan si son inocentes, sin embargo los poderosos viven como reyes.

Se recuerda que en 1992 el gobierno de Carlos Salinas de Gortari puso en funcionamiento el Sistema Carcelario de Máxima Seguridad, el cual en estos momentos tiene mil 350 celdas de “súper máxima seguridad” dentro de las cuales los presos sufren un aislamiento total.

Ahora que la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) tiene el mando de las prisiones de la federación al parecer las condiciones de los reclusos han empeorado, existiendo una consigna por parte del gobierno de acabar con los líderes delincuenciales aunque estén encerrados e indefensos.

Entre las humillaciones que sufren los presos en estos campos de exterminio son permitidas por la autoridad, sin embargo la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) no ha podido comprobar lo anterior debido a la falta de información existente acerca de estos penales.

Según la reglamentación permitida, el interno de prisiones federales se mantiene en una celda de 1 x 2.5 metros encerrado durante 14 horas diarias, permitiéndoles exclusivamente tener una hora de sol, mismas que se encuentran acolchonadas para evitar suicidios.

Cabe precisar que a los presos considerados como “peligrosos para la máxima seguridad” se les mantiene encerrados durante 23 horas diarias siendo monitoreados por cámaras de seguridad las 24 horas del día, mientras custodios les entregan sus tres alimentos por medio de una rejilla incrustada en la puerta.

En relación a la hora de sol, los presos disfrutan del espacio abierto encadenados y esposados de pies y manos con vigilancia continua por parte de gendarmes vestidos con armadura, tolete, pistolas y casco para evitar que escapen o intenten matarse.

Desafortunadamente las reglas aprobadas por instancias internacionales no se aplican en México, las cárceles de máxima seguridad mexicanas como las del Altiplano o Puente Grande son campos de concentración donde las violaciones de las garantías individuales son comunes, mismas que ni con la muerte uno puede escapar.

CEFERESOS, SON EL INFIERNO

Los Centros Federales de Readaptación Social (Cefereso) no son cárceles comunes y corrientes, después de la fuga de el Chapo Guzmán del penal de Puente Grande, Jalisco las cosas cambiaron y estos inmuebles dejaron de cumplir su función para convertirse en centros de exterminio.

Una prueba viviente de lo anterior es el periodista michoacano, Jesús Lemus Barajas quien diera a conocer la realidad de las cárceles federales después de permanecer encerrado durante tres años en el penal de Puente Grande, Jalisco por una venganza del panismo en la región durante la década pasada.

En su libro “Los Malditos” el periodista hace ver a la sociedad mexicana las vejaciones que sufren los internos de dichos centros, muchos de ellos exterminados al no aguantar las torturas que se sufren a diario en aquellos lugares donde “no el dinero puede comprar todo”, afirma.

Sin existir imágenes que lo demuestren, el escritor asegura que los internos son encerrados en sus celdas “desnudos” durante días enteros, sin ningún alimento o agua para beber, a pesar de que la ley mexicana le garantiza al preso las “condiciones mínimas de respeto a su integridad”.

Explica que los presos son combinados en diversos pabellones, sin importar si son narcotraficantes, violadores de niños o multi homicidas, todos conviven en las pequeñas celdas sin drenaje y poca ventilación las cuales son centros de infección de los penales.

Destacó, que los presos de alta peligrosidad “tienen el derecho de recibir una terapia de reeducación”, donde encadenados uno detrás de otros los presos tienen que correr un número determinado de vueltas a una cancha de basketbol mientra son derribados con agua salidas de mangueras de alta presión.

También a los criminales se les obliga a “no tener comunicación con otros presos”, de lo contrario son golpeados con toletes hasta casi matarlos, habiendo casos confirmados de defunciones inesperadas donde los directores de los penales justifican el suicidio la causa de muerte a pesar que los presos “no tengan ningún objeto en la mano y se encuentren completamente desnudos”.

Además en caso de reincidencia los custodios tienen derecho a “torturar” a sus vigilados con electrochoques, violaciones, disparos con balas de goma en las partes vulnerables del cuerpo o con la aspiración de gases lacrimógenos dentro de una celda sin ventilación provocando la muerte instantánea del torturado.

Por último los servicios médicos de estas prisiones son infrahumanos, donde a los presos se les utiliza como Conejillos de Indias para probar medicamentos ocasionando repercusiones a sus organismos en muchas de las ocasiones fatales o por lo menos humillantes.

 

INOCENTES Y SOBREPOBLACIÓN

Estudios de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) federal indican que hay 29 mil 530 internos de mediano riesgo, quienes representan 60 por ciento de los 48 mil 66 reos que existen en México por delitos federales, de los cuales en su mayoría “no merecen los castigos de un campo de concentración”.

La construcción, diseño y operación de las prisiones, según la dependencia federal se realizan con apego a los ordenamientos de la Asociación Internacional de Prisiones y Correccionales, organización no gubernamental con calidad de consultor especial en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas.

En cuanto a la sobrepoblación penitenciaria, existen estadísticas de la CNSSSP federal de enero de este año– que indican: existen 230 mil 943 presos en todo el país y 187 mil espacios, por lo cual 43 mil 943 viven en condiciones de hacinamiento. Los presos federales representan casi 50 por ciento de la sobrepoblación carcelaria nacional.

En México hay 418 prisiones; 306 son estatales, 10 del Distrito Federal y 90 municipales. A pesar de ello, 50 por ciento de la población carcelaria se concentra en 26 cárceles que se localizan en el Distrito Federal, estado de México, Baja California, Jalisco, Sonora y Nuevo León.

De acuerdo con información de la capacidad instalada por entidad, las que tienen el mayor número de presos del fuero federal son: Distrito Federal, con una sobrepoblación de 18 mil 200 internos, con 3 mil 155 reos federales; el estado de México, que tiene un sobrecupo de 7 mil 714 personas y resguarda a mil 290 prisioneros del fuero federal; Baja California, con una sobrepoblación de mil 759 internos y 4 mil 367 acusados por el Ministerio Público Federal.

Además, 29 mil 530 de los 48 mil 66 internos federales deben ser clasificados como de mediano riesgo; 9 mil 843 presos de este fuero se consideran de alto riesgo y deben estar en prisiones de máxima seguridad; 7 mil 847 son considerados de máximo riesgo,por su poder corruptor y su alta capacidad financiera, como los secuestradores Andrés Calettri y Daniel Arizmendi López, y narcotraficantes como Héctor Luis El Güero Palma y Édgar Valdez Villarreal, La Barbie. En este mismo grupo están clasificados narcotraficantes como Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto, y Miguel Ángel Félix Gallardo. Esto, a pesar que padecen diversas enfermedades.

De igual manera están los que integran El Carrusel, como llaman a los presos del fuero federal que ya han sido sentenciados y pasarán toda su vida en prisión, razón por la cual, al no tener nada que perder, les encargan las ejecuciones de otros internos.

Finalmente la CNS estima que en los próximos cinco años, debido al envejecimiento prematuro que sufren los internos por las condiciones de encierro en las prisiones de máxima seguridad, se necesitará que uno de los 21 penales se convierta en prisión-hospital de segundo nivel, para atender los padecimientos que afectarán a 2 mil 500 reos federales.

CUADRO

Ceferesos en México

  • 21 penales federales
  • 51 000 mil reos
  • 1350 celdas de máxima seguridad
  • 29 530 pesos de bajo o mediano riesgo
  • 21 000 presos de alta peligrosidad
  • 7 mil 714 custodios
  • 2 500 presos con padecimientos de la vejez o locura por el encierro

Datos Comisión Nacional de Seguridad