En el litoral mexicano se podría encontrar la solución a la pobreza

 “Es muy lamentable que en tiempos de #Covid19 la actividad marítima de México no sea esencial”, señaló el doctor en Derecho, Omar Olvera de Luna; uno de los mejores abogados de Derecho Marítimo de nuestro país, quien invitó a www.esferanoticias.com a constatar las peripecias a las que se tienen que enfrentar los jurisconsultos especializados en la defensa legal de quienes se desempeñan en tareas del mar.

Considerando que el 99 por ciento del territorio nacional se encuentra rodeado de mar, a lo largo de nuestra historia la actividad marítima ha sido relegada; más en la actualidad, ya que pese a la consigna de :
“Por el bien de todos, primero los pobres”, el gobierno de la CuartaTransformación #4T continúa ignorando la importancia de que México pueda contar con una Secretaría del Mar.

Peor aún, en tiempos de la pandemia que azota a la humanidad, en nuestro país la actividad marítima no ha sido considerada como actividad esencial, dejando de lado la importancia de que por nuestra ubicación geográfica, México mantiene contacto marítimo con 145 países a través de 102 puertos localizados a lo largo del litoral nacional.

“Los puertos son localidades geográficas y unidades económicas de vital importancia para México”, destacó Olvera de Luna, “…y resulta muy lamentable que las autoridades federales no le den la importancia que merece a este importante sector”.

El litigio marítimo en tiempos del Covid-19
Con 76 años de edad y 8 Doctorados en Derecho, Omar Olvera de Luna es, por mucho, uno de los mejores abogados en Derecho Marítimo en nuestro país. Tan sólo basta escuchar el diagnóstico que hace a su cliente respecto a la forma en la que abordará el caso, entrelazando magistralmente lo estipulado en el Código Nacional de Procedimientos Penales, las leyes Federal del Mar, de Puertos, de Navegación y de Comercio Marítimo; así como lo establecido en nuestra Constitucion Política de los Estados Unidos Mexicanos.

El primer obstáculo a vencer en tiempos de #Covid19, es encontrar una línea aérea que tenga un vuelo para llegar lo más cerca que se pueda al lugar de los hechos, en esta ocasión, un vuelo por la tarde nos dejará a 275 kilómetros del destino final.

Para el abordaje, es indispensable frotar las manos con gel antibacterial, el uso de cubrebocas y una careta protectora para reducir el riesgo de contagio por Covid-19.

Después de la documentación se nos pide llenar un cuestionario en el que se nos pregunta a dónde hemos viajado durante los últimos 15 días, se presentamos tos seca o dolor de cabeza, se nos pide proporcionar nuestro número de celular o un correo en el que se nos pueda contactar, se nos toma la temperatura y se nos pide entregar el cuestionario a la autoridad sanitaria que nos lo solicitará al llegar a nuestro destino.

Con capacidad para 40 pasajeros, 20 personas abordamos un turboprop ATR42, sentándonos un pasajero por fila y alternados ventana-pasillo, es así como se conserva la sana distancia. Una vez que el avión ha despegado y luego de las instrucciones de rutina, los auxiliares de vuelo explican que recorrerán el avión para esparcir con un atomizador una sustancia sanitizante. De inmediato comienzan a recorrer el pasillo para ofrecer una bebida y alguna botana, es entonces cuando cada quien habrá de decidir si se retira careta y cobrebocas para ingerir el “tente en pie”.

Al arribar a Oaxaca, el traslado en carretera inicia rumbo a una ruta plagada de curvas, lo que hace más peligroso y cansado el viaje, prolongándolo por más de 4 horas.

Al llegar a Salina Cruz, se cuenta con reservación en un hotel que sólo opera al 10% de su capacidad y sin servicio de restaurante; por lo que haber pasado a una tienda de conveniencia en la carretera, se conviertió en nuestra cena de esa noche.

Al día siguiente no es posible encontrar un lugar para desayunar, por lo que es hasta cerca del medio día que se logra acordar con un restaurante que se nos preste el servicio, para lo que disponen la colocación de las sillas dejando un espacio libre entre cada lugar.

Todo esto es adicional a lo que normalmente se enfrenta el Dr. Omar Olvera de Luna, ya que en Derecho Marítimo la ignorancia del personal de las Físcalias no sólo se reduce al desconocimiento del
Derecho Marítimo, el jurisconsulto debe de enfrentarse al desconocimiento de conceptos exclusivos del lenguaje marítimo.

“Los delitos de la mar tienen que ser atendidos por ministerios públicos terrícolas que no tienen ni la menor idea de la realidad que viven miles de mexicanos a bordo de una embarcación”

Es por ello que en cada asunto, Omar Olvera de Luna contempla la posibilidad de poder impartir una cátedra de Derecho Marítimo, ya sea al Ministerio Público o al Fiscal que corresponda. Una vez que se ha compartido con las partes las generalidades del Derecho Marítimo en México, inicia la defensa de su cliente.

Años de experiencia dejan al descubierto que este asunto no será muy distinto de los demás. Luego de reducir el obstáculo de la ignorancia de la autoridad, el cierre temporal de los tribunales por la contingencia de la pandemia, postergan la impartición de la justicia y la inexistencia de un Tribunal Marítimo en la Ciudad de México, eleva el costo del litigio.

Lejos de que en México sean subsanadas las deficiencias del Derecho Marítimo y se pueda avanzar hacia la armonización de los intereses de las empresas navieras, de los tripulantes nacionales, de los intereses del Gobierno y la economía nacional, el sector marítimo de México se hunde en el olvido.
En nuestra próxima entrega hablaremos de la corrupción que se registra con los Pilotos de Puerto.