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La paraestatal Pemex, que llegó a ser la quinta petrolera mundial en la pasada década, ha registrado un declive y estancamiento de su producción en los últimos años por ineficiencia y falta de inversión.

Petróleos Mexicanos (Pemex) alcanzó su máxima producción histórica en 2004 con 3,4 millones de barriles diarios, pero fue decreciendo hasta los 2.5 millones de 2010, cifra que se mantuvo en 2011 y 2012.

Cabe destacar que México cuenta con reservas probadas de cerca de 115.000 millones de barriles de crudo, pero el 75% se encuentra en pozos profundos o no convencionales, cuya extracción es mucho más costosa y requiere de cuantiosas inversiones.

Por producción de crudo, el país ocupa el décimo lugar mundial, según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a la que no pertenece.

Según Pemex, el país requiere de un nivel de inversión de 30 mil millones de dólares anuales para regresar a los tres millones de barriles diarios.

A las caídas de la producción y los escándalos de corrupción que ha enfrentado la estatal se agregan las pérdidas por el robo de crudo que inflige el crimen organizado, que en 2012 abrió al menos 772 tomas clandestinas de las que sustrajo alrededor de 1.8 millones de barriles, según la compañía.