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Exige el CEESP una completa reingeniería del gasto e ingresos públicos


Las reformas hacendaria y energética deben contribuir al crecimiento distributivo del país mediante una completa reingeniería del gasto y de las fuentes de ingresos públicos, incluyendo el valor de la renta petrolera, aseveró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado

(CEESP).
El objetivo de las reformas, abundó, no solo consiste en aumentar las tasas impositivas, o asignar contratos a inversionistas privados sin una clara visión futura, sino en "salir de la trampa del ingreso medio en la que estamos metidos, con tasas de crecimiento mediocres de la economía, por cuarta década consecutiva".
En su reporte semanal, agregó que dada la evidente ineficacia e ineficiencia del aparato gubernamental, antes que buscar más recursos, se tiene que mejorar la forma de gastarlos; y antes de gravar más a los cautivos se debe de lograr que todo mundo contribuya.
Otro aspecto fundamental es que se tiene que maximizar el valor presente de la renta petrolera y gastarla mejor, pues mencionó que lo que realmente debe importar a los mexicanos no es quien haga las explotaciones de la riqueza energética, sino cuál es la forma en que podemos maximizar la renta petrolera y las perspectivas de crecimiento económico del país.
"El patrimonio de México no es Petróleos Mexicanos (Pemex), sino la riqueza energética que tenemos disponible pero que no explotamos de manera eficiente", aseguró el organismo.
El CEESP subrayó que al plantear un proyecto se debe visualizar el resultado que se obtendrá para no perder de vista el camino, y en ese sentido consideró que una reforma hacendaria exitosa será aquella que permita al sector público recupera su posición superavitaria antes del pago de los intereses de la deuda.
Ello, con un aumento en la recaudación no-petrolera en al menos un punto del Producto Interno Bruto (PIB) por año en el futuro inmediato; asimismo, que el sector público reduzca su gasto operativo y corriente, a los niveles que tenía apenas en el 2000, esto equivale a una baja de casi seis puntos del PIB.
Lo anterior, incluirá que el tamaño de la economía informal se reduce al menos a la mitad de lo que es actualmente hacia fines del sexenio actual.
El CEESP también consideró que la reforma deberá dar como resultado que la renta petrolera se dedique íntegramente a la formación de capital socialmente productivo y a un fondo patrimonial nacional.
Adicionalmente, que el gobierno de México reduzca su inversión en el sector energético (financieramente rentable), y con ello logre duplicar la inversión en los sectores sociales básicos (socialmente rentables): agua y saneamiento, educación inicial, mejoramiento de escuelas y laboratorios, clínicas de salud, hospitales, caminos productivos, ciencia y tecnología, entre otros.
La reforma hacendaria también deberá generar el establecimiento de un Sistema Nacional de Pensiones que elimina privilegios y amplía su área de influencia a toda la población, así como de un sistema universal de salud financiado mediante la recaudación tributaria "recurrente", eliminando el sobrecosto a la contratación de mano de obra.
El CEESP añadió que se debería desaparecer el "impuesto a la nómina" de las haciendas estatales, y lograr racionalizar y focalizar los subsidios, para otorgarlos solamente a la población más desprotegida; además, de establecer un "impuesto" verde al consumo de combustibles para compensar sus externalidades negativas.
Los recursos recaudados por dicho impuesto verde, se dedicarían a tres objetivos específicos: mejorar los sistemas de transporte público en las principales ciudades del país, mejorar la atención a la salud, y a mitigar de la contaminación.
"Si queremos pensar en un México diferente, esto es lo mínimo necesario que se requiere, lo cual es perfectamente posible lograr. Hacemos votos porque nuestras Autoridades y Legisladores tengan la visión para cambiar el rumbo del país", añadió.