Por lo general trato de no escribir de temas de ideología política, para no inmiscuirme en conceptos subjetivos que en

muchas ocasiones ni sus propios defensores o defenestradores, según sea el caso, saben de qué van, yendo de argumentos de izquierda a actitudes totalmente de derecha, en un omelette de desconocimiento filosófico sin ton ni son.  Pero después de los hechos derivados de la manifestación que se llevó a cabo en diversos puntos del país el pasado fin de semana, que comenzaron con el movimiento del sobrero derivado, en principio, del homicidio del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, han llegado a mí una gran cantidad de mensajes y recomendaciones en las que, incluso, me han invitado a abandonar X (antes twitter) o Intagram, por tratarse de redes de derecha.

A todas y todos ellos, les he comentado que, lejos de que me sienta manipulado por una red u otra, por lo general mi criterio se va forjando de lo que voy leyendo y parte de los debates más interesantes que he leído en materia de filosofía del derecho los he podido disfrutar en X, sobre iusmoralismo y iuspositivismo en tratándose de las facultades de las personas juzgadoras para inventar el derecho desde principios o valores morales para derrotar a las norma jurídicas emanadas desde un órgano constitucionalmente electo como lo es Poder Legislativo, materia que, por lo visto, a la mayoría de los creadores de normas les vuela totalmemte bajo el radar, y que, gran parte de los juzgadores recientemente electos aún no terminan de comprender.

Pero esa insistencia de acusar a las redes de manipularnos para ir a marchar en contra del gobierno, tratando de construir un nuevo enemigo o una nueva amenaza contra nosotros, los buenos, me recuerda a una gran obra literaria de Slavoj Zizek denominada “El cerebro conectado” que leí hace tiempo y de la acabo de revisar mis notas y separadores subrayados en donde nos relata que el proyecto más conocido de neuro links, es el de una empresa neuro técnica fundada por Elon Musk y 8 personas más, que se dedica al desarrollo de diversas interfaces, cerebro-ordenador, a las que también se llama interfaces de control neural, interfaces cerebro-máquina o interfaces neuronales directas. Todos esos términos se refieren a la misma idea de una vía de comunicación directa, primero entre el cerebro conectado y un dispositivo externo, y luego la idea de conectarse entre distintos cerebros. Una idea en desarrollo que ya podemos ver en nuestros teléfonos inteligentes.

Sin embargo, esta función ha demostrado su acierto en la elección de Trump en donde pudimos observar a un pueblo con la mirada puesta en su móvil yendo al matadero nuevamente como vacas encaminadas al pasillo del rastro para ser transformadas en bisteces. Sin embargo, también ha demostrado su éxito al hacerse masivas las noticias del maltrato de los agentes de ICE en contra de latinoamericanos en ese país. Esta manipulación de redes que acusa el gobierno de Israel ha permitido que gran parte del mundo se dé cuenta de los horrores cometidos en contra del pueblo palestino, siendo que, en teoría el gobierno de Israel tendría más posibilidades de hacer estrategias de comunicación en redes que los palestinos. La diferencia es, pues, la posibilidad de la interacción de las personas usuarios de esas redes, que de pronto, superan a los grupos de manipulación, por llamarlos de alguna manera que operan desde los bots.

Para Zizek, cuando se trata de manipular las redes hacia un destino concreto, al final sucede como en la Torre de Babel, “La multiplicidad de lenguas presupone el fracaso de la lengua única. A esto se refiere Hegel con la idea de universalidad concreta: al encadenamiento de fracasos. Surgen múltiples formas de Estado, porque el Estado en sí mismo, es una noción incoherente y antagónica.

Y, por ende, lejos de obedecer las instrucciones de los encumbrados tratadistas de los partidos políticos actuales que acusan de manipulación y perversión mediática a través de X o de Instagram, me decanto más por seguir las ideas plasmadas por Zizek, a quien le reconozco mayor criterio, para seguir observado este interesante ejercicio social trasladado al entorno digital que, en lo futuro, puede, como sucedió recientemente con Trump y con Israel, llevar a la cima y dejar caer a cualquiera, ya que como insiste Zizekparafraseando a Lacan, “toda visión de la realidad objetiva está ya constituida en la subjetividad trascendental, y solo tocamos lo real, cuando lo incluimos en nuestro campo de visión.

En este sentido, la construcción de la realidad de cada persona o grupo puede ser creado desde un origen remoto, o no, pero ninguno puede determinar desde su realidad que la realidad del otro no es verdadera, y allí si, quienes administran la realidad oficial desde el entorno digital deberán tener mucho cuidado en la forma de expresar esa realidad sin ignorar la de las víctimas de delitos, de familiares de pacientes con cáncer, de desempleados, de estudiantes sin oportunidades, de personas con discapacidad sin espacios y demás personas quejosas, porque precisamente el papel del Estado, en el ámbito material o inmaterial, es atenderlos y tratar de solucionar sus problemas, no en dejar de escuchar los canales de comunicación que han encontrado algunos de ellos en las redes sociales. De no ser así, la vida seguirá, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.

Doctor en Derecho,  Hugo Alday Nieto.

(Licenciado en Derecho con mención honorífica. Maestro en Derecho empresarial. Maestro en Derecho de la Propiedad Industrial e Intelectual y Derecho de la Competencia. Doctor en Derecho con mención honorífica).