Columna    ¡QUE CONSTE,… SON OPINIONES!

POR LOS AÑOS DE 1980 la sociedad mexicana se impacta por la lucha organizada de los grupos zapotecas de Juchitán, nacía una organización de jóvenes que orientaban los viejos: COCEI y luchaban por las tierras, por imponer sus derechos políticos y por el poder

municipal. Las confrontaciones entre coceístas y priístas no se hicieron esperar y para sorpresa de todos los comunicadores, cuando éstos grupos se enfrentaban tenían una formación especial: por delante MUXES, después mujeres, niños, y al final, los hombres. unos se distinguían por los paliacates rojos tradicionales y normalmente se escuchaba como grito de guerra: “No somos machos, pero somos muchas” y las razones sobraban para que se dieran fuerte y para que mostraran su músculo y militancia con los simpatizantes, los dirigentes de unos y otros hablaban en zapoteco y los riquillos o las familias acomodadas, daban dinero a los grupos de los priístas porque tenían terror en los grupos de la COCEI que avanzaban en muchas zonas y cada día se acercaban al poder municipal. NO eran pocos los que aseguraban que este movimiento estaba alentado y financiado por Echeverría, así logró, con una fuerza popular impresionante, sacar el control político tradicional en Juchitán y alcanzaron la presidencia municipal, este proceso causó un enorme impacto en la política nacional y llamó mucho la atención de los medios internacionales, y es ahí, donde el grupo MUXE, toma una importancia internacional y nacional, porque las bases culturales de esa región permitían una libre y sencilla relación entre las familias y las gentes, de tal suerte que, en muchos sitios se afirmaba que el tener a un MUXE en casa era importante porque era la fuerza comercial al lado de las mujeres y eran, normalmente, los que se quedaban al lado de los padres.

Desde hace años el movimiento MUXE en Juchitán y en la zona tiene un gran impacto, sin embargo, ellos, se quejan de que ese “paraíso Muxe que siempre han señalado existe, no es verdadero” y por esa razón llama la atención el amplio reportaje de Adriana Manzo, publicado en EL IMPARCIAL, el viernes 20 de mayo: “Las mujeres Transgénero ( MUXE) de Juchitán coinciden en que los festejos tradicionales como las velas están lejos de la inclusión, en especial en la celebración del patrón San Vicente Ferrer, en estos espacios aún son discriminadas y sufren de transfobia…su pecado querer usar traje (vestido de tehuana), maquillarse y tacones”

“Las velas en Juchitán son fiestas tradicionales nocturnas que se realizan en su mayoría en honor a la Santa Cruz y a San Vicente Ferrer, algunas datan de hace más de cien años y son organizadas por un grupo de personas que se conocen como mesa directiva, quienes junto con los socios de las velas ponen las reglas de cada festividad”

“En Juchitán y otros pueblos zapotecos a la comunidad lésbico Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexual se le conoce como muxe, término que fue acuñado para identificar a quién tiene dos géneros: el muxe masculino y el muxe femenino”

“Los muxes masculinos si entran a la vela porque no visten de mujer y tampoco se maquillan y aceptan las reglas de ingreso –se visten como si fueran hombres- usan pantalones oscuros y guayabera blanca, en cambio, el muxe femenino viste con enagua, huipil y se maquilla, por eso son excluidos”

“”Cada directiva de la Vela decide si dan o no acceso de los muxes, por ejemplo en la Vela Biadxi que es con la que comienza la Semana Mayor de las velas de mayo se permite la entrada de los muxes vestidos con indumentaria de mujer zapoteca, mientras que en la vela Grande como conocen al festejo en honor a San Vicente Ferrer, existen restricciones que son anunciadas con anticipación en las invitaciones y a través de las redes sociales”

“La etiqueta de restricción indica lo siguiente: “Prohibida la entrada a personas que no respeten las indicaciones. A hombres vestidos de mujer o mujeres vestidas de hombres se les negará la entrada”… y así, todos esos grupos se sienten discriminados, y ahora, luchan por su incorporación total en las fiestas y velas de acuerdo a sus sentimientos y de conformidad a las nuevas leyes que regulan el respeto a la diversidad sexual.

Por esas razones de vez de en cuando se sabe de las agresiones a esos grupos no solamente en la región sino en el estado y en el país, cuando en muchos lados son respetados como garantes de la presentación de las costumbres y vestimentas y bailes de esa región de Oaxaca. Así es la realidad y por esa razón, explican que si existía la idea de que Juchitán y sus alrededores eran un paraíso para los muxes, ahora, no corresponde esa idea a la realidad y los complejos problemas que viven como grupos y como individuos, donde existe una situación de repudio y discriminación, así, las velas, además de mostrar la gran tradición de la zona, muestra la realidad y los conflictos sociales y políticos que se dan en la región, y por eso, en todas las velas importantes, se apersonan políticos, líderes sociales y políticos, empresarios, profesionistas y los dirigentes de los grupos diversos, y es así que todos reclaman poder estar en esos actos que, además de ser actos folclóricos y religiosos son, en la realidad, los actos políticos que muestran la fuerza o aceptación de cada quién o de cada grupo… el folclore como acto político y de manifestación social… y así, se terminan las Velas y cada año se van acomodando los grupos de protesta, como las calabazas en el camino y en la carroza…PERO, Paraíso, ya no hay….