POBRE MEXICO

Tres asuntos, polémicos pero que nos indican en qué nivel tan bajo estamos. En los últimos tres días he tenido contacto con diputadas y senadores de distintos

partidos. Los he oído, no escuchado porque lamentablemente no dicen coherencias. Vamos por partes. Los senadores justifican el asunto de la renuncia de Eduardo Medina Mora argumentando que no saben por qué renunció pero que estaba en su derecho como AMLO de aceptar la dimisión. Señalan que fue fácil el proceso debido a que dejar el cargo debe ser por causas graves, pero que la Constitución no especifica “que los motivos deben explicarlos” ¡zas! . 

Segundo tema, el otorgamiento de la medalla Belisario Domínguez a Rosario Ibarra de Piedra, una mujer que ha vivido del comercio del cadáver de su hijo. Que se le premia porque su hijo era un secuestrador, guerrillero, asalta bancos y asesino, pero se hace a un lado a las madres de las victimas, ellas que ni nombre tienen ni forma para ser escuchadas cuando a sus familiares los torturaron y desparecieron. Cuántos hombre y mujeres mexicanas de enorme moral, talla internacional, imagen pulcra, cultos, merecerían esta distinción y no por ser incondicional de AMLO. Los senadores que levantaron la mano para otorgarle la presea argumentan que el Estado obligó a una desaparición forzada de Jesús por allá de noviembre de 1973 pero no se atreven a presentar ninguna prueba. Sólo se jactan que participaron de la es escenografía puesta en el zócalo cuando AMLO se autonombró presidente legítimo y Rosario Ibarra fue la encargada de colocarle la banda apócrifa presidencial. No es casual que AMLO proponga una ley de amnistía, se llame “valientes a los guerrilleros de la 23 de septiembre”, Olga Sanchez Cordero a nombre del gobierno o mexicano les ofrezca disculpas públicas y ahora se de a esta mujer madre de un reventador, la medalla Belisario Domínguez. Tercer caso, a la salida de Medina Mora, AMLO se permite proponer a Javier Quijano, profesor de derecho civil en la UIA, como su probable sucesor. Pues los legisladores lo defienden señalando que es un extraordinario abogado, pero esconden debajo de la alfombra que este académico fue quien defendió a AMLO en el proceso de desafuero además de buscar la forma de llegar al gobierno del Distrito Federal sin cumplir el requisito legal de residencia. Es decir, un abogado capaz pero que es incondicional al presidente y permitió una ilegalidad para que su amigo ganara poder y cargo. Así las cosas y miré, argumentamos otras tantas confusiones que hoy el señor Bartlett presenta más sospechas de irregularidades que Medina Mora o Yeidckol más señalamientos que Rosario Robles. Pero para esto último no hay respuestas, la mayoría aplastante de Morena acepta todas las desviaciones del poblano y toleran las negociaciones de Yeidckol o de Citlali Ibáñez, que para el caso es la misma. Que hagan cuentas los seguidores de Morena nada más para saber, uno, cuánto ganaba Bartlett para acumular la fortuna que se divulga (más de 800 millones de pesos) y, dos, cuánto Yeidckol para haberle condonado (por error del contador) 16 millones de pesos. Y ya ni hablar de las declaraciones de Barbosa, primero afirmando que el helicopterazo en Puebla “ no es el primer magnicidio que ocurre” y ahora señalando que “Dios ya los castigo”. Lo peor de todo esto es que quienes piensan así hoy nos gobiernan y nos legislan. Recontrazas!