Por lo que se observa, las intenciones del gobierno de Estados Unidos, y algunos periódicos extranjeros, como The Economist y The New York Times, ha logrado su objetivo de atacar la administración de Andrés Manuel López Obrador y confundir a la sociedad mexicana con la intención de desestabilizar políticamente al país.

 Fue primero The Economist, que con una portada para su edición en español en la que señala a López Obrador “el falso mesías de México”, atacó desde su perspectiva neoliberal a los cambios promovidos por la llamada Cuarta Transformación.
Vino luego lo que no dijo, pero sí dijo sin decirlo aquí, de Kamala Harris, sobre su pretendida advertencia al residente de Palacio Nacional, sobre la preocupación de Estados Unidos por corrupción y la impunidad, así como por la independencia del Poder Judicial.
La última, la del The New York Times, sobre la línea 12 del metro y los supuestos estudios técnicos que “muestran” que son fallas de origen las que provocaron el accidente del pasado 3 de mayo, en el que 26 personas perdieron la vida.
Todo ello está orquestado con la pretensión de desestabilizar al gobierno lopezobradorista y confrontar a dos de sus representantes más importantes, sin que hasta el momento lograron su objetivo, pero sí han confundido a sectores sociales, a los que habrá que aclarar las intenciones de los ataques.
Queda claro que lo publicado por los periódicos británicos y neoyorquino no obedece a un trabajo periodísticamente puro sino a sendos escritos perfectamente bien pensados ​​para golpear a un gobierno, en este caso el mexicano, pero es práctica común que lo hagan contra cualquier régimen que se separe un ápice de la esfera de control del Imperio.
The New York Times, ni siquiera tomó en cuenta en su “profusa investigación” los argumentos que en un documento de 15 cuartillas expuso el Canciller de México al diario, el cual tampoco recogió las declaraciones públicas del responsable del Proyecto Metro Enrique Horcasitas.
Urge si ampliar la información para evitar distorsiones pero no debemos caer en las trampas de intereses foráneos nos ponen.

SUSUROS

Pues resulta que ni a Morena ni al PAN les fue muy bien con sus alianzas, pues tendrán que regalar a los partidos que se sumaron a sus proyectos un buen número de curules.
Por ejemplo de los 121 distritos que la alianza Juntos Aremos Historia Gano e todo el país, tendrá que entregar 32 al PT y 27 a Partido Verde.
De acuerdo a los números Morena ganó directo en 118 distritos, el verde en 3 y el PT en ninguno.
En el caso de la alianza Va Por México, el pan ganó en 36 distritos, pero de acuerdo a lo pactado, entregará al PRI 4 y al PRD 3. El PRI obtuvo 25 triunfos, pero dará 7 al PAN y 3 al PRD.
Habrá que preguntarse si, finalmente, las alianzas les convienen a los partidos más grandes.

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Periodista desde 1974, ha trabajado de reportero y columnista en diferentes medios (Excélsior, Televisa, Diario de la Tarde, Novedades, El Día, NTR, entre otros). Comentarista en Radio Fórmula, Radio 13, y Radio ABC