¿Se puede reconciliar la ciudadanía?

DRA. EDNA JAIME, DIRECTORA GENERAL, MÉXICO EVALÚA:

"La Nación no solo necesita lo que tenemos: necesita lo que somos": Edith Stein

Leí con interés su artículo “La reconciliación con la ciudadanía”, publicado en el portal de México Evalúa. Si le soy sincero, deja un sabor agridulce.

Hace usted referencia a un futuro cercano muy sombrío y razón no le falta. Aquellos que creen que en 2024, cuando Andrés Manuel López Obrador se vaya, se acabó la pesadilla, están en un error. No importa quién llegue a la Presidencia, ni de qué partido sea, mucho tendrá por reconstruir.

Por ahora resulta ocioso poner atención a las declaraciones de los precandidatos morenistas, pues carecen de libertad política. “Las corcholatas” no están en precampaña, solo son “jilgueros” de lujo dedicados a refrendar las decisiones presidenciales.

Pero llegado el caso de que sucediera a AMLO alguno de sus seguidores conocidos y no lo atajamos en el oscuro camino que está transcurriendo, el actual presidente mexicano podría seguir manipulando a la Presidencia de la República y nomás imagine usted, doctora Jaime, lo que nos esperaría hoy por hoy…

En su artículo afirma que le “gustaría ver a un próximo presidente que se dirija a los ciudadanos, en busca de la reconciliación.” Sin duda esa será la principal asignatura, junto con una reforma fiscal.

No diseño políticas públicas, ni asesoro a ningún precandidato, así que desde mi óptica de un ciudadano que observa y reseña la realidad, permítame plantear mi perspectiva sobre la reconciliación.

En dos años, nos hará mucha falta esa energía social que brinda la unidad de todos los grupos para enfrentar las consecuencias de la inflación/recesión mundial sumada a la resaca dejada por la 4T. No habrá un solo “guardadito” del que echar mano para recomponer las maltrechas instituciones y las políticas públicas.

¿Por dónde empezar?

Las mujeres tendrían mano. Para convencerlas, será necesaria una amplia política pública transversal de reivindicación, que lo mismo abarque la reactivación de las escuelas de tiempo completo y los refugios para mujeres maltratadas, que una campaña intensiva en la que hombres y mujeres vean que un feminicidio es el final de un largo camino iniciado con “simples” semillas cargadas de violencia de género.

Otro grupo clave para la reconciliación es el personal sanitario, cuyos sacrificios han sido tan poco apreciados por la 4T. Para sumarlos, será indispensable brindarles espacios donde ejercer con eficacia y seguridad, a través de la reconstrucción del sistema de salud pública. De rebote, sumarían la buena voluntad de los enfermos.

Por supuesto, tal reconstrucción pasa por garantizar medicamentos e insumos médicos, los programas de vacunación infantil, los procedimientos para la atención de enfermedades catastróficas y salarios decentes. 

Un grupo difícil de sumar serán los beneficiarios de dádivas. Habrá que jalarlos a una visión más productiva y de superación personal dentro de los programas sociales.

El espacio no me da para extenderme sobre otros grupos a sumar a la reconciliación, como los intelectuales, los científicos, las ONG, la sociedad civil organizada, las clases medias y los comunicadores, pero no quiero dejar de lado a los pequeños empresarios.

Mire, doña Edna, los grandes empresarios se las arreglan como sea, aunque les pasen la charola para comprar boletos de rifas. Pero los  emprendedores y dueños de micronegocios no tienen para dónde voltear. No sé si una política de microcréditos sería conveniente, pero sí creo que es indispensable hacerles sentir lo importantes que son para la economía y la generación de empleo. 

Pero lo más importante es que el próximo presidente empiece por estigmatizar la estigmatización, si se me permite la frase. Deberá borrar de la verborrea gubernamental todas las etiquetas peyorativas para dar paso al ánimo de un México en el que cabemos todos.

De eso se trata una Nación.

Difícil reto para el próximo ocupante del Palacio Nacional…

DERECHO DE RÉPLICA

Agradezco las precisiones que la Secretaría de la Función Pública hace sobre mi columna “El anuario de la corrupción” (julio 1º, 2022). La Secretaría me indica que el 76 por ciento de cumplimiento dentro del Programa de Fiscalización al que en esa entrega hice referencia, corresponde solo al primer semestre de 2021 y que al finalizar el año anterior llegó a 99 por ciento.

En cuanto a los recursos sin comprobar correctamente por siete entidades, se me indica que si bien las competencias de la SFP son del ámbito federal, para este tipo de casos “trabaja de manera coordinada con las autoridades locales a través del fortalecimiento del Sistema Nacional de Fiscalización.”

Servida está la claridad de la información.

Colaboró: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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