Está por cumplirse un año de la Cuarta Transformación (4T) y es evidente que el reto no es nada sencillo. Hay rezagos en 

 diversos sectores que no ha sido posible remontar, a pesar de los buenos deseos e instrucciones del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por lo que revelan las diferentes encuestas, la mayor parte de la población que votó por el tabasqueño, no ha perdido la confianza ni la esperanza de que se recomponga el país.
Nadie mejor que la sociedad para saber y sentir si México va por el camino correcto. Los hechos son los que hablan, mucho más que las críticas o alabanzas, de un lado y del otro.
La violencia es el problema que más pesa en el ánimo de los mexicanos. No se ha logrado vencer la inercia. Es un mal que viene de mucho tiempo atrás, pero también hay que decir que se ofreció que para estas fechas, el panorama sería distinto. No ha sido así.
Tampoco ha despegado la economía como había propuesto la 4T. Hay cierta incertidumbre. En el bolsillo de cada uno se ve el impacto, para bien o para mal. El bolsillo es la mejor medición, directa.
A pesar de las dificultades que están a la vista, el presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene el optimismo y no está dispuesto a ceder en su lucha contra la corrupción y sus planes o acciones a favor de los pobres.
No es un novato en la política, le sobra experiencia, ojalá que su proyecto le dé a México una nueva realidad, calidad de vida; es la meta de quienes votaron y lo llevaron a la presidencia.
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@zarateaz1.