Por muchos años en la Secretaría de Gobernación, particularmente en la época dorada del priismo, procuraban estar

enterados de todo, de lo que sucedía o se preparaba dentro del oficialismo y de las actividades que organizaba la oposición. Necesario para tomar previsiones y desactivar con oportunidad cualquier acción de agitación social.

Esa capacidad la fue perdiendo la secretaría y se hizo más evidente cuando no se enteró del entrenamiento de los zapatistas en Chiapas y mucho menos del día que fijaron para su insurrección. Fallaron los servicios de inteligencia. Le costó el puesto al chiapaneco Patrocinio González Garrido.

Quizás uno de los más avezados como jefe de la política interior fue el veracruzano Fernando Gutiérrez Barrios. Le sirvió mucho su paso por la extinta Dirección Federal de Seguridad.

Gutiérrez Barrios supo de la estancia en México de Fidel Castro y el Che Guevara. Si no los ayudó directamente si los dejó prepararse para su regreso a Cuba. La embarcación salió de Tuxpan, Veracruz.

Instalado en las oficinas de Bucareli, después de gobernar dos años su estado natal, era reconocida su capacidad para lograr estar informado de lo que pasaba en el sector político.

Un claro ejemplo lo dio cuando lo visitó Luis Donaldo Colosio Murrieta, en su calidad de presidente nacional del PRI. Don Fernando le preguntó “¿Para qué adquiriste equipo detector de micrófonos?”.

Colosio se sorprendió, suponía que, salvo su equipo, nadie más estaba enterado de la compra, porque había dado la orden de que la transacción se hiciera con absoluta discreción.

El dirigente partidista tuvo que explicarle al secretario que lo había hecho porque encontró micrófonos en la oficina que había tenido en la Secretaría de Desarrollo Social.

Arturo Zárate Vite

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