Picotazo político

Mientras Raúl Cervantes deja la procuraduría tal y como llegó, o sea igualita, tan contaminada de corrupción y paralizada por prácticas gansteriles, en la pista de la sucesión se mueven los suspirantes priistas. pasarela que ha permitido escuchar a personajes como José Narro, quien a mi parecer es la mejor carta de un priismo que

requiere presentar no sólo a una figura que le llene el ojo a empresarios y clase privilegiada, o que huela a amiguismo  presidencial sino que sea lo suficientemente autocrítico para reconocer que más allá de loas y aplausos al Presidente se deben replantear muchos de los cabos sueltos, Narro habló durante el foro de "Impulsando a México", ahí hablaron tanto Meade, como Nuño y Osorio, en un evidente paseillo de presidenciables, me llama la atención no haber visto a Enrique de la Madrid, figura importante para entender el milagro turístico. Ahí Narro, el que mejor temple y conocimiento que posee dijo algo que no ha sido tratado con la profundidad adecuada. Que la segunda generación de las reformas estructurales vaya por el rescate social, o sea, que sean las familias mexicanas el único eje de interés de todo lo que se armó como gran mesa de reformas educativas, energéticas, etc... Narro no se equivoca, si no se prioriza el rescate de las familias y su poder económico, la recuperación de la seguridad, de la propia estabilidad, dichas reformas habrán fracasado.

 

Sencillamente se trata de darle continuidad a lo que de una u otra manera se consiguió al inicio de la administración del sexenio de Peña Nieto. Narro va más allá de una visión sexenal o de las siguientes elecciones, se trata de recuperar la confianza de los jóvenes, él así lo plantea, con auténticos resultados por parte de los políticos, y él sabe de eso, su paso por la UNAM confirmó que ve en los chavos no sólo a la mejor fuerza social de México sino que con ellos no se debe jugar ni mucho menos defraudar.

Tenemos que ser claros, a México no se le rescatará con las mismas recetas económicas que sólo generan riquezas en pocos o con soluciones ilusorias, se requiere ir por lo que plantea Narro, la recuperación del estado de derecho, sí, pero no sólo a salivazos sino con fórmulas realistas para que nuestros jóvenes sean los motores de estos cambios. Bien por Narro, el único que está entendiendo que sin los chavos México estaría dirigiéndose al infierno.

El doctor Narro se muestra como lo que debe ser un político con experiencia: como estadista y no como un ambicioso más en una jungla en donde todos están dispuestos a matarse entre sí con tal de ser los reyes sexenales de la selva.