Picotazo político 
Viene el informe, será el día del presidente, como antes, pero ahora, con
nuevos modelos de comunicación y de mayor contacto con la gente, ya escuchamos los spots, es la versión de su gobierno, nada distinto a lo que anteriores mandatarios realizaron, el informe es la fiesta en donde solo existe una solo quinceañero, un único festejado, y el ritual de lanzar un discurso que hable bien de lo que ha hecho no es extraño a este país plagado de un añejo aroma presidencialista…
Solo que la bandera para Andrés Manuel es mucho más alta, pues nadie puede negar que basó su campaña en una ruta de rupturas de paradigmas y viejas costumbres, que sus promesas llegaron a amplios sectores de una población votante que fastidiada miraba como el peñanietismo se despachaba con total cinismo de las arcas del país…
El significado de que López Obrador cumpla es una tarea de si o si, y muchos rostros esperan que se de esa nueva república, de ahí la importancia que después del informe el presidente le haga caso a las señales que le han anunciado la presencia de icebergs en el océano, que es urgente que se den las variaciones en la ruta y que los reclamos sociales comiencen a ser atendidos…
El día del informe es el día del presidente, pero con ello lega la hora del mandatario, de la necesaria transformación de un guion que hasta el momento ha generado vacíos de confianza y claridad en el camino, para convertirse en lo que muchos esperan de el: la entronización de su más alta capacidad y resolución a todo lo que en México se demanda…
Por supuesto que la tarea nunca será fácil, dejarnos de encender veladoras para que los milagros se den, sería un buen paso para entender en donde estamos parados y mirar lo cotidiano como lo que es: una realidad en donde existe más nerviosísimo que certezas, de ahí la importancia de que el presidente reconfigure su estrategia, tiene con que, trae equipo, algunos de mayor peso político e intelectual que otros, pero todos podrían brindar el juego de sus vidas…seamos claros, el presidente escogió los primeros meses de su administración para tomar el control de manera férrea, en una muestra de pragmatismo aplaco a los que para el podrían lanzarle torpedos, colocó los pilotes de una plataforma con nuevas reglas en la relación con otros poderes, y en su estilo personal del uso del cargo ha ido cercando a los que para el son adversarios o potenciales adversarios de su gobierno, ha hecho limpia, para que nos entendamos…y no está inventando algo, la historia nos enseña que lo que ha hecho no es del todo descabellado, recordemos a Francisco Ignacio Madero, quien al obtener la presidencia dio inicio a un ambicioso proyecto de nuevo país, solo que nunca se sacudió a los “científicos” del porfiriato, madero peco de inocente, se dejó vapulear, la prensa lo hizo añicos y sus enemigos terminaron llevándolo a las afueras de Lecumberri para asesinarlo a sangre Fría…revise ud los libros que hablan sobre ese hecho, de ahí que no encuentro nada raro en el accionar del actual presidente, no se le puede culpar de estarse vacunando de los aprendido en la historia…y no es exageración, se trata de lo que AMLO piensa sobre su propia figura, su legado y la manera en cómo habrá de cumplir sus promesas…México no es un jardín de niños, es complejo por donde se le vea, y requiere en algunas partes de cuerpo grandes dosis de quimioterapia, pero el presidente debe variar en la línea de confrontación para comenzar a llevar agua oxigenada a todos los vasos heridos…su mano ya se dejó sentir, toca que la abra para reconciliar a su país, y ello costara mucha energía y paciencia, deberá reactivar la economía como fuerza primordial de su nuevo periodo…los bolsillos de muchos mexicanos están lastimados, la inseguridad dejo de ser una percepción, urge pues una nueva versión del presidente, pues a nadie convienen construir una nueva transformación sobre los cuerpos del rencor y el odio.