es su bandera, lo repite como mantra y no veo por que no creerle, así quiere pasar a la historia, quijotezcamente peleando en contra del demonio de la transa. Repito, no tengo elementos como para no creerle, sólo que esa fijación influyó a que la economía se paralizara, entre otros factores, y que termináramos cerrando este 2019 como uno de verdadera pesadilla para muchos mexicanos.
Se había mencionado desde hace mucho, la economía esa en recesión, técnica o no. Ya nos encontramos en un socavón del cual difícilmente habremos de salir ¿y por qué digo que la lucha en contra de la corrupción ha significado uno de los elementos de esta parálisis? Por que muchos en el equipo del Presidente, sobre todo aquellas que tienen que ver con la fluidez del dinero, decidieron meterle freno al flujo de capital a sectores que nunca deberían haberse detenido, sean estados de la República, municipios, secretarías y direcciones que debían operar con recursos frescos y continuos, pero que por una mal entendida austeridad y peor aún, por la chabacanez de muchos de los que llegaron a cargos estratégicos optaron por no incomodar la voluntad presidencial y sencillamente cerraron la llave escudándose en que "estaban combatiendo la terrible corrupción que les habían heredado "¡Falso! la cosmética y absurda medida sólo trajo el empeoramiento de varias enfermedades que ya se venían arrastrando desde hace varios años y que hoy golpea a millones de bolsillos. Con Peña Nieto no hubo jauja económica, digamos que "nadó de a muertito", pero no detuvo la corriente de inversiones ni de recursos hacia todas las arterias del sector público, y claro que hubo mucha corrupción, muchos excesos, pero, digamos, que la economía doméstica no sufría los embates de las malas decisiones del gobierno.
Hoy, los operadores del mandatario entendieron muy mal eso de la austeridad y lo del combate a la corrupción y con tal de no desentonar de los deseos del mandatario se fueron a los "machetazos" presupuestales. ¿y cuál es la consecuencia? Que el dinero muestre signos de cuadriplejia, la antesala de una dolorosa recuperación que habrá de salirnos muy cara a todos, exepto, y tal como le hemos repetido, el gobierno del presidente AMLO, retome el papel del gran actor de la inversión pública y privada, convirtiendo a su gobierno en la pólvora que detone las cadenas productivas de México, y sencillo, requiere de que todo el discurso y acciones se encaminen a recuperar la confianza de todos con todos, bajar la intensidad de los señalamientos de que aquellos que no piensan como él son "conservadores", no es broma, el Presidente necesita romper los paradigmas creados por él mismo sobre la tozudez de su carácter y permitir que otros actores y grupos comiencen a ser parte de lo que quiere construir. Esto ya no es una mera aspiración o utopía, es la única salida para que México no se vaya al despeñadero. Vamos, el que antes de que este gobierno cumpla un año y dé muestras del agravamiento de la recesión podría generar peores capítulos sociales, de frustración y de una evidente polarización entre los mexicanos.
Como nunca, el Presidente tiene la decisión de pasar a la historia como el gran reformador , consciente y realista o se empeña en continuar por una ruta que a nadie podría alegrar, exceptuando, aquí sí, a sus adversarios, los cuales sumarian mas argumentos para atacarlo.