Las mujeres son fuertes, su constitución biológica y mental ha sido dibujada para resistir mucho más que el hombre. El parto es una de las ventanas de esa resistencia ante el dolor, por no mencionar todo lo que se relaciona con cólicos menstruales; ellas son capaces de ir más allá del umbral. Solo que nuestro dominio ha sido psicológico, inventado como los cazadores, amos y propietarios de un mundo en el que históricamente se ha relegado a la mujer.

Claro está que muchos varones entienden la superioridad de ellas y han luchado por dotarles de un lugar en la tabla de las equidades. Pero estamos a años luz de que el piso parejo sea una realidad. Hoy todo mundo se viste de naranja, las mareas de "opinócratas" se vuelcan en frases que pretenden acercar la cobija de la igualdad y el rechazo a la violencia en contra de las mujeres, sabemos ese ritual que adormece a las conciencias pero que no conjura los demonios del día a día, en donde los patanes continúan agrediendolas, sea desde el hogar o una oficina, las bestias disfrazadas de hombres solo se esbozan por un instante, al menor descuido vuelven al ataque, es el juego de la hipocresía tan nuestra, tan del planeta.

Vistámonos de naranja está bien, pero repasémos las brutales cifras de mujeres asesinadas en México; sacúdamos la alfombra que esconde debajo a todas estas víctimas de violencia laboral, familiar, escolar, las cientos de miles que sencillamente decidieron no abrir la boca por miedo a ser excluidas de un mundo de privilegios en donde los varones deciden cómo y cuándo entran a escena ellas. A las mujeres les debemos mucho, el solo hecho de haber resistido por años la bota cruel de un lugar amasado por el varón las convierte a ellas en sobrevivientes, dignas para ocupar mejores posiciones en todos los sentidos; una mujer presidenta, una mujer como papa, más ministras, más senadoras, más diputadas, líderes de partidos políticos, presidentas municipales, más mamás al frente de empresas, más pilotas aviadoras, mujeres secretarias de la defensa o Marina,

Los hombres debemos reconocer que hemos fracasado en distintos campos, en etapas de la historia y que hacia ellas no solo bastan los homenajes o recordatorios de que no debemos agredirlas, sino regresarles la silla que por derecho les toca: la de llevar las riendas de este planeta. A ellas todo, por valientes y resistentes.

No es regaño, es Picotazo Político

Miguel Ángel López Farías
Historiador. Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM de 4 a 5pm.
Vicepresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).
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