Hasta los niños saben que Claudia está en campaña, la sietemesina candidata de Andrés Manuel está en lo suyo, ensaya frente al espejo los gestos de su tutor para parecerse lo más posible a él,

pero, ¿en qué están los demás? ¿Marcelo y Ricardo que fichas mueven? Ellos son dos personajes sumamente hábiles, con mucho camino andado y parece que los dos adoptaron la espera de los tiempos adecuados, claro, sin soltar los bridones del sueño presidencial. Ambos son buenos marineros que esperan que las aguas dejen ver en el horizonte la tierra firme, pero esperar demasiado o simular que tienen el control de las circunstancias no es favorable si frente a ellos se tiene la tozudez, el espíritu de Elías Calles y la reedición del Maximato.  

  

Marcelo se mantiene en un nivel alto en sus canchas diplomáticas, es un personaje que le salva el rostro a una 4T que para los ojos externos significa un amasijo de rarezas. Marcelo lleva tiempo construyendo puentes en Washington para que su jefe no termine siendo un sujeto non grato como Ortega o Díaz Canel de Cuba.   

  

La reunión entre Biden, Trudeau y López Obrador es en gran parte por Ebrard, sin embargo, su figura se ve afectado por la etiqueta que se le coloco por la tragedia de la línea 12. Bastaron un par de dictámenes y algunas filtraciones para que el canciller recibiera la cuenta de protección.  

  

En el caso del senador Ricardo Monreal, tal como lo hemos mencionado en participaciones anteriores, representa una fuerza de equilibrio y oficio político en un ambiente cargado de extremos y cerrazones oficiales. Si el presidente quisiera ver avanzar su proyecto de transformación con mayores resultados sin incendiar el país, Monreal sería el personaje adecuado, solo que el doctor tiene ante los ojos del ejecutivo un problema, que es demasiado independiente (los enemigos del senador lo quieren etiquetar como desleal) y el hecho de que Monreal tenga piernas propias e ideas personales sobre lo que significa gobernar, eso lo repele ante el mandatario, quien busca exactamente alguien con menos autosuficiencia.  

  

El presidente, se sabe, vive y transpira la sucesión, aguza los sentidos y cohabita ya con los fantasmas de la traición, no está permitiendo errores ni deslices (excepto sea la corrupción entre los suyos, pero eso es otra historia), por ello es que Claudia, su favorita, ha traducido los deseos del gran elector y dejó de ser ella para convertirse en él. Demasiado temprano, pero López obrador crea sus propios relojes y administra una monumental caja registradora que buscará la compra del voto.    

De Claudia se habla mucho, pero ¿cuál será el guion de Marcelo y Ricardo? ¿Qué y cómo harán que sus intenciones sobre la meta del 24 no queden cómo les ha ocurrido a muchos en sexenios anteriores, en una anécdota más?  

  

 No es regaño, es Picotazo Político      

      

      

Miguel Ángel López Farías       

Historiador. Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM de 4 a 5pm.       

Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).      

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