Pues efectivamente la bola no perdona, cuando no andas con reumas, dolores en la cadera, en la columna, se hinchan los

 tobillos o no tienes la visión como anteriormente veías desde muy lejos y las letras chiquitas que te ponen los bancos para joderte. Así pues, de pronto, como que las letras ya no las podía controlar y ni siquiera tenía el placer de leer, porque no veía bien, pero al mismo tiempo de la bola, por eso de la austeridad y de otros males de la economía, pues no hay fondos suficientes para caer en mano de los oftalmólogos que hacen y tienen razón, de su vida, un enorme negocio, dicen que para eso estudiaron y se quemaron las pestañas y bueno, por eso, muchos vagamos por el mundo sin buen visión, ni para ver lo que en verdad vale la pena, así que pasé unos días del carajo, no se crean que son quejas de viejo engorroso, no, son las cuitas de la experiencia y por eso las cuento y comparto, así que hace también, algunos meses, llegué a una de esas ópticas de pipa y guante y zapato de ante, me hicieron los estudios y me dijeron que cuando menos tendría que utilizar dos lentes, y por muy baratos que los cotizaban, cada uno, costaba, cuando menos, siete mil pesos, y así, los dos, catorce mil, y bueno, pues me quede con las ganas, pero no se puede uno pasar la vida haciendo gestos y tratando de adivinar lo que aparecen en las líneas de la computadora o en los diarios o los libros que quiere uno leer, así que un buen día me topé con esa institución: MANOS DE AYUDA, y ahí, habían operado a la madre de una de las personitas que nos apoyan en la casa y sus resultados fueron magníficos, al igual que la atención, y pues me lancé a MANOS DE AYUDA, en Oaxaca.
Llegando, dos extraordinarios y profesionales médicos me atendieron, como cualquier otro paciente que llega a solicitar servicios, me dieron también las dos opciones de los lentes y cuando cotizaron cada uno en mil setecientos pesos, no lo podía creer, pero era verdad, y ahora cargo esos dos lentes y doy gracias a esa institución que al final de cuentas apoya por igual y beneficia a muchas gentes, así que ya no me podrán hacer señas desde lejos para burlarse, ni se podrán ocultar en la lejanía para evadirme, podré, nuevamente, leer como me encanta sentarme a pasar letras y páginas y reflexionar, la visión es realmente una bendición y una bendición el que se cuenten con alma nobles que brindan su trabajo y esfuerzo para ayudar a otros y es digno el reconocer este tipo de apoyos que andan por ahí, en todos lados, y tendríamos que agradecerles por su apoyo y bendiciones, como dije, los milagros existen, y cuando menos, he recibido uno, que me encantó…
Uno de mis compadres se alegraba, al llamarme, porque decía que cuando menos la economía no está en crisis como muchos pensaron, estamos en tiempos duros y flotando, en austeridad, y bueno, eso no es malo, podría ser peor. Así que le conté aquel cuento de la señora que llevaba a su hijito a pedirle a la virgen de Lourdes que le hiciera el milagrito. El niño estaba en muy malas condiciones y no podía casi hablar ni tener firmes los brazos y no podía caminar. La señora le repetía, cuando entraron con la silla de ruedas al camino que baja hasta la cueva donde se realizó el milagro de Lourdes, y le decía que rogara con mucha fe para que le hicieran el milagrito, y se compusiera su motricidad, pero, al tropezar la señora, soltó la silla de ruedas y está tomaba vuelo hacia abajo, y el niño, solamente gritaba: ¡hay virgencita, por favor, que me quede como estoy!…” y ese era el verdadero milagro que tendría. Así andamos los mexicanos, ya no queremos andar mejor, sino, cuando menos, quedarnos como estamos…
Parece ser que muchas condiciones se van mejorando o mejorarán al paso del tiempo, cuando menos, tenemos que reconocer que millones de gentes que no tenían ni contaban con alguna ayuda, ahora, la tienen, y esto proyecta el consumo nacional y podría activar la economía de los productos nacionales si es que los empresarios, en vez de andar viendo como eluden los impuestos, y algunos, hasta considerando largarse del país, pues se puede activar la economía de productos nacionales, y los mexicanos debemos tener en cuenta que no son los tiempos el consumo suntuario ni de productos del extranjero, que debemos tomar conciencia de que debemos consumir lo que nosotros producimos, y así, activaremos los empleos y con mayor producción menores precios y más consumo. Hoy, lo tendremos que ver, por ejemplo, en el Sur del país cuando se activen el desarrollo del canal seco entre Salina Cruz y Coatzacoalcos y se vayan generando, a lo largo de esa zona, las empresas y las maquiladoras y se aprovechen las ventajas de las zonas libres, y en este nivel se podría decir que desde la cintura de la patria, en el Istmo de Tehuantepec, se podrá impulsar el desarrollo de todo el Sur del país, una zona eminentemente marginada, pobre y de raíces indias con muchos recursos y mucho talento, por esto, entender que es mejor entrarle al trabajo y no al relajo o a los plantones y protestas sin fin, será el camino de la obtención de empleos y mejoramiento del nivel y la calidad de vida de millones de mexicanos.
En este campo, se podrá, también, saber que los cambios afectan a los mismos viejos canales de la protesta y del chantaje, los viejos “izquierdistas” de la región, ahora, son gobierno y no oposición, y deben saber para qué es el poder, y este, no se usa para la venganza sino para la prosperidad y la conciliación y la negociación. Estamos ciertos de que los cambios llegarán incluso a romper los viejos moldes de la protesta social de la región, y así, en vez de andar en el chantaje y el plantón, pues tendrán que operar con inteligencia los canales de la abundancia y la producción, en beneficio de todos, no de unos cuántos, no importa que sean ricachones o los viejos líderes que de eso han vivido por años. Si cambian los tiempos, cambian las gentes, y por ello, los viejos protestatarios dejarán el lugar a los nuevos dirigentes que con valor, inteligencia, lealtad y honestidad, den cambio al cambio que es tan importante y necesari en toda esa región.