Raúl es un hombre de esfuerzo, viene desde abajo, talachando como nadie, sufriendo muchas gratas y duras experiencias en su formación

 empresarial, él y sus hermanos forman una familia ejemplar. Después de muchas batallas perdidas y guerras ganadas, ahora, lograron consolidar una empresa ligadas a otras donde generan trabajo a cientos de obreros, por su formación y convicción conocen y se relacionan con cada uno y saben de sus esfuerzos y problemas, esto les permitió aumentar la productividad porque no eran gentes ligadas en esas formas frías del sector empresarial, así que ahora, cuando se ven obligados por la pandemia a cerrar sus centros de trabajo, Raúl, me comentaba con lágrimas y nudos en la garganta que era muy difícil para ellos decirles que cerraban y que los apoyarán hasta donde les permitieran las circunstancias y recursos, veían volando los esfuerzos familiares de muchos años, entendían, pero claro que nadie admite que hay muchos pero muchos empresarios que tienen las ligas humanas y sólidas con sus trabajadores y les duele la situación, lo peor del caso es que ellos, por sus niveles operan entre el sector de la clase media media y ahí pues están marginados por los de arriba a los que no tienen acceso ni apoyos y por los de abajo, muchos que no les entienden y que con dogmatismo e intolerancia piensan que por tener un capital forjado por muchos años y con mucho esfuerzo, ellos no deben o no necesitan recursos de apoyo, y ellos que han pasado muchas experiencias me comentan que no quieren migajas ni suplicar sobre el tema, que quieren y necesitan tiempos y espacios que les permitan operar y cumplir con sus obligaciones para con los suyos, su planta laboral y el estado y esto lo debería entender y conocer el presidente, porque al final de cuentas un presidente debe velar por todos, no en forma selectiva, entendemos que PRIMERO LOS POBRES, porque así conviene a todos para conservar la paz social, pero si queremos que todos jalemos la carreta para sacarla del atasco debemos pujar juntos y lograr lo que todos queremos, sacar a México para encaminarlo a la recuperación con justicia social para todos, no para unos cuántos…
Los aspectos de investigación sobre la comunicación política, comercial o de la distracción política, desinformativa o de propaganda y sus consecuencias en el impacto social o en los golpes al poder se vienen estudiando desde hace muchos años, por ejemplo, la experiencia nos indica que en 1968, los estudiantes dimos una dura batalla para romper el cerco informativo y que el riguroso control del gobierno en contra de las empresas de comunicación, al principio, nos jodieron, pero al final, cuando las gentes veían y conocían por medio de las brigadas de información y por los mítines, plantones y marchas, volantes y de boca a boca la realidad que era evidente se ocultaban en los medios, éstos perdieron la credibilidad y la confianza y así se dieron los primeros triunfos de aquel grito de: Prensa vendida y se obligaba a que los mismos medios impusieran la apertura a una mejor información sin ocultar lo que sucedía en las calles y abrieron sus espacios a muchos escritores que estaban proscritos para dar paso a la democratización de los espacios en la comunicación.
Por supuesto que los medios tecnológicos y las redes sociales han permitido “democratizar” la comunicación, pero a su vez son mecanismos usados para la saturación de la información que, por lógica, genera una desinformación y que no permite hacer la organización política y social que se requiere en los cambios sociales o políticos de un sistema, por ello, el constante batallar para dar esas peleas y obligar al equilibrio de la balanza informativa. Hemos dicho que un pulga no mata al perro, pero no lo deja dormir, comer, defecar o hacer en paz su descanso, y si no lo mata, pues lo está jodiendo, y a pesar de que el presidente sostenga, y sostenga bien, en que muchos medios no tienen credibilidad o escriben en forma sesgada sus comentarios en su contra, él, también debe reconocer que sus acciones se han encaminado a joder a esos medios y los trata de sacar del mercado y de la compleja estabilidad financiera que les lleva a la quiebra, y pues cuando los que van perdiendo son acorralados es de espera que desde su rincón pueden saltar en su último esfuerzo y le puedan sacar un ojo o herirlo seriamente, total, los perdidos van a todas y ya no les importa nada, por ello, sabiamente los estudiosos de la política sostienen que: “enemigo que huye puente de plata”, no vale la pena desgastarse para perseguir a los moribundos y esto les aleja de tener compasión y humanismo, recordando que: “Mano poderosa, es mano generosa”
Cuando en 1968 sosteníamos la demanda del DIÁLOGO PÚBLICO SABÍAMOS EN LO OSCURITO y que las negociaciones se deberían hacer en público y cuando se aceptó por las circunstancias y tiempos hacerla en forma cerrada con “representantes” y negociadores, pues no sabemos en la realidad a qué acuerdos reales llegaron y cómo negociaron, no a favor de todos sino de sus intereses, y por ello lograron destruir un movimiento tan importante a pesar de que su espíritu ha calado profundamente para obtener cambios, pero porque así le convenían al poder para seguir delante, las conquistas fueron útiles, pero no formaron experiencias ni organización social.
AMLO ha sido un fuerte creyente del tiempo y de las circunstancias, ha sido paciente y sabe del valor de sostener las convicciones y así logró convencer, porque sus propios enemigos se encueraron y en forma cínica se dieron a la tarea de mostrar su entreguismo, saqueos y corruptelas y el pueblo se encabronó y buscó la mejor salida para el cambio, y como los partidos y los políticos solos perdieron el rumbo, la confianza y la credibilidad llegó a AMLO y logró tener esa fuerza por su postura moral y de convicciones y canalizaron millones de votos para un cambio, no se logró en forma ordenada y consolidada en la organización política de MORENA. El asunto es que los tiempos y las circunstancias dieron la razón y canalizaron los votos en favor de AMLO, y por esa razón, no tuvo que “deberles favores a los medios” porque muchos de ellos, en su entreguismo al poder, perdieron credibilidad y confianza y truenan sin tener ahora una fuerza importante, son simples medios de telenovelas y de cuentos, pero no gozan de la confianza en su información que forma opinión…