No han sido suficientes 24 horas para continuar con el conflicto de los taxistas. En un extremo quienes intentan falsamente involucrar a Héctor Serrano ex secretario

de movilidad de Mancera en los bloqueos, hasta el otro lado en que nos preguntamos por qué si Sheinbaum declara que fueron minoritarios los quejosos del volante y además corruptos, negocian con ellos. Pero más allá, nada se ha solucionado y la ciudad continua siendo un caos con ellos, los taxistas y con los otros, los microbuseros. Es increíble que tengamos estructuristas, urbanistas e ingenieros de tal tamaño que construyen obras a toda prueba como las instalaciones subterráneas del Metro, los segundos niveles de periférico o sean capaces de modificar enormes avenidas como Reforma o Insurgentes para introducir rutas de camiones, pero no puedan solucionar problemas viales evidentes más que colocando bloques de plástico azul sobre carriles de circulación para dar paso a unos y entorpecer a otros. Así, los de tránsito colocan estar murallas y ahí las dejan. Tal es el caso de la aguja de acceso a Periférico metros antes de Altavista, o los Improvisados y nefastos paraderos de camiones en periférico sur sobre Insurgentes, en periférico sur sobre Paseo de Pedregal o en el ingreso a avenida del Imán donde justo frente a un módulo de la policía de tránsito, ahí, se cometen todo tipo de irregularidades por los camiones de transporte público y el ambulante. Lo mismo ocurre sobre Paseo del Pedreagal esquina con Llanura, lugar que los camioneros usan de paradero, bloqueando la avenida, ya que están esperando que lleguen los estudiantes que salen del CCH Sur. Vale decir que ninguna autoridad, que se dice competente, se decide a resolver el problema. Y estos son sólo algunos ejemplos de lo que ocurre en la metrópoli, pero que en el caso del sur promueven horas perdidas en el tránsito y muchísima contaminación. Por cierto, a algún inteligente se le ocurrió una salida de periférico hacia la lateral a unos metros del conflictivo y saturado paradero sobre Insurgentes, frente a la calle de Alba, y la fila de automóviles se da desde Viaducto Tlalpan hasta esa zona, periférico y Alba. Por si fuera poco, una de las colonias que más paga predial y recibe menos servicios (seguridad, luminarias, drenaje, suministro de agua) está saturada de baches y topes. Llegan a cambiar la carpeta asfáltica y semanas después se dan cuenta que se les olvidó meter una tubería para quién sabe qué. Llegan camiones dañan lo re pavimentado, arrojan cascajo, cierran vialidades y perforan en donde dicen no hay drenaje porque es carísimo romper superficie y subsuelo de roca de lava. Llegan y abren camellones, ahí dejan la maquinaria, material y no dan explicaciones. Colocan topes a menos de 20 metros de distancia sin una lógica alguna. Pero en eso se va el presupuesto, nuestros impuestos, y luego viene la soberbia de los burócratas presumiendo que ellos sí cumplen con las obras que la sociedad demanda.