sinpunto

Sin lugar a dudas en este país existen muchos hombres y mujeres que se dedican a la función pública porque ven en ella una forma de ganar dinero fácil, de mantener un empleo seguro, y hasta de jubilarse con una buena cantidad de dinero cada mes producto del proyecto escalafonario personal.

Si de paso en algún momento, o en todos los momentos del trabajo en la administración pública del país, ya sea el ámbito municipal, estatal y federal, se tuvo la oportunidad de realizar algunos arreglos para recibir cantidades extras, o contraprestaciones adicionales al salario fijado por el tabulador, pues la vida resulta más cómoda y la jubilación menos apretada. Muchos dirán que esta es una realidad dolorosa del país, y tienen razón, porque forma parte del costumbrismo burocrático que se realiza en todo el país y en todas las administraciones gubernamentales.

Rogelio Ortega es Gobernador de Guerrero porque al perredismo hecho gobierno se le hizo bolas el engrudo con la salida de Ángel Aguirre Rivero de forma vergonzosa de la gubernatura a causa de la muerte de 43 muchachos de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa. De pronto se encontraron con que había que suplir al señor Aguirre, y ninguno de los posibles sucesores quiso hacerse cargo del interinato por la desmedida ambición de detentarla durante seis años. El candidato natural del señor Aguirre era Cuauhtémoc Salgado, pero en el camino se atravesó Beatriz Mojica que ya había renunciado para buscar la candidatura. Para decirlo de otra forma, las cosas se acomodaron de la forma más difícil para el perredismo desacostumbrado a tener que dar explicaciones y a competir cuesta arriba.

Cuando buscaron quien supliera al señor Aguirre, nadie quiso por las dificultades de la gobernabilidad y del control de los territorios que estaban en manos de los criminales y de algunas organizaciones sociales y magisteriales a las que se consintió mucho tiempo y que después se convirtieron en un fuerte problema. Los maestros se encargaron de agravar el problema por sus reclamos ilegítimos y en algunas veces delincuenciales, por lo que la cúpula partidista se dedicó a buscar entre los académicos al más manejable de ellos. Así encontraron al señor argelino Ortega, quien comenzó su interinato abriendo de par en par las puertas de la "Casa Guerrero" para que las hordas magisteriales la destrozaran.

Ese señor, que por cierto ha disfrutado de las mieles del presupuesto y de las comisiones por las compras realizadas durante su administración, ahora sale con la marranada de que ya se quiere ir porque las finanzas están quebradas. Lo que no quiere decir es que él ha sido el principal elemento de esa quiebra y que la voracidad del perredismo todavía enquistado en el gobierno se ha manifestado en el saqueo indiscriminado de los recursos públicos porque saben que van de salida. Rogelio Ortega ha sido irresponsable desde que llego y aprendió a viajar en helicóptero y a llevar en otro a sus guaruras, así como a disfrutar de las viandas y la buena bebida a cargo del erario, y a recibir el diezmo por las compras. Así andan las cosas en Guerrero. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.