sinpunto

 

Existen funcionarios de todo tipo, origen, condición social, y sobre todo con principios muy arraigados que los hacer ser congruentes. Pero también los hay del otro lado, esos que careciendo de principios llegan a ocupar altos cargos aunque su

irresponsabilidad se coloque por encima de los intereses superiores de la gente. También existen vivales que se aprovechan de la buena disposición de los vecinos , o de su ignorancia en temas gubernamentales. Le voy a relatar el caso de dos de ellos, una simple militante y un alto funcionario del Gobierno del Distrito Federal. María Eugenia Pérez Tapia es un personaje singular de la Delegación Gustavo A. Madero. La conocen en casi todos los comercios de la zona de Lindavista, a quienes solicita cooperaciones para algunos de los eventos o actos que tiene que realizar el Jefe Delegacional Víctor Hugo Lobo. Cuando éste fue elegido por segunda vez Jefe Delegacional, los restauranteros de la zona tuvieron que permitirle a María Eugenia, realizar sin costo alguno, celebraciones para las huestes perredistas a las que dice controlar.

La señora Pérez Tapia vive en una Unidad Habitacional en la Avenida Miguel Bernard, y se ha vuelto insoportable para los moradores de los edificios que la conforman. Pero no tan solo es una mujer pudiente en la Delegación encabezada por el señor Lobo, de donde recibe apoyos a nombre de la unidad en que habita, mismos que nunca han visto los vecinos. También es pudiente en la Procuraduría Social del Distrito Federal cuando de demandar a los vecinos se trata, y ha sembrado el terror ente ellos porque los mantiene amenazados incluso con mandar patrullas para que los remitan ante el Ministerio Público. María Eugenia Pérez Tapia es una persona bastante influyente con el Subprocurador de Derechos y Obligaciones en Condominio de la Procuraduría Social del Distrito Federal, de nombre Salvador Antonio Vitelli Macias.

Cuando me enteré de los desplantes de la Señora Pérez Tapia, me permití alertar al señor Subprocurador de que estaban utilizando su nombre para amedrentar a los moradores de la Unidad Habitacional. Cuál sería mi sorpresa cuando para demostrar su poder ante los vecinos, doña María Eugenia hizo que el Subprocurador mencionado le impusiera diez mil pesos de multa a un exadministrador del lugar, quien es jubilado y que gana poco más de tres mil pesos mensuales.

Ayer le llame nuevamente al señor Salvador Antonio Vitelli Macias, quien simplemente me dijo que tenía todos los caminos legales para impugnar la decisión. Sujetos como este que desde el escritorio afectan vidas para satisfacer las ansias de control de una militante perredista, explica mucho de lo que padecemos quienes habitamos la Ciudad de México. Si el señor Miguel Ángel Mancera pretende continuar con su aspiración presidencial, más le valdría sacudirse este tipo de ejemplares que solamente sirven para medrar desde los cargos públicos pensando que la justicia es para satisfacer a la gente poderosa, como María Eugenia Pérez Tapia. Seguiré abordando el tema. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.