México tiene muchos problemas, y el mayor de todos sin lugar a dudas es Andrés Manuel López Obrador. Así de simple y sin ambages. Y no es que tenga un especial desafecto hacia el hombre que por ahora rige los destinos de más de ciento veinte millones de habitantes, lo que tengo es una brutal preocupación por lo que ocurrirá en los siguientes años con la profundización de la pobreza en todos los rincones del país como lo ha proyectado el populista de Palacio Nacional, y por desgracia pareciera que no existe nadie que pudiera detenerlo más que la sociedad civil organizada.

Haciendo un recuento de los daños de la pandemia del Coronavirus y la que hasta ahora encabeza Andrés Manuel López Obrador con su populista proyecto, creo que la que mayores daños los está causando las decisiones que se toman al calor de las disertaciones mañaneras, esas en las que el inquilino de Palacio Nacional manipula voluntades frente a los medios de comunicación acreditados y diseña el triste destino que desde hace muchos años tiene planeado para desgracia de este país y que ha puesto en práctica con la mayoría parlamentaria del Movimiento de Regeneración Nacional.   

La siembra del odio se ha volcado hacia los mexicanos para sojuzgarlos y confinarlos al más negro de los destinos. Hasta ahora son pocos los frentes opositores con fuerza para enfrentar sus desatinos, y por desgracia los partidos políticos poco han puesto de su parte para sumarse a la sociedad civil organizada que cada día da mayores muestras de que van a realizar lo que esté de su parte para evitar el avasallamiento generalizado en todas las regiones del país con la finalidad de depredar a los sectores productivos y consolidar esa pobreza que desde hace tiempo viene sembrando.

Ahora estamos descubriendo los mexicanos que durante su periplo por mantener la búsqueda del poder realizó alianzas con quien le entregara dinero para su propósito de hacer campaña anticipada en todos los rincones del país. Ahora se dio a conocer en las redes sociales la aportación de un bono por novecientos millones de pesos que presuntamente hizo la madre del Chapo Guzmán, María Consuelo Loera Pérez al Movimiento de Regeneración Nacional, sin que hasta el momento en que esto escribo haya sido desmentido o al menos negado. 

Hace poco el señor Presidente señaló que resultaba imposible que Felipe Calderón no supiera de la riqueza que detenta García Luna, pero a la vez también se ha mencionado que el señor López Obrador no ha mencionado nada de la larga lista de actos de corrupción que lo involucran, como los negocios de Marcelo Ebrard en la Construcción de la Línea 12 del Metro, el caso de la riqueza de Napoleón Gómez Urrutia, los negocios del cuñado de Rocio Nahle en materia energética, la riqueza de los Ackerman Sandoval, las entregas de dinero a su hermano Pío, el desfalco por más de doscientos millones de pesos de su cuñada en Macuspana, y el éxito empresarial de sus hijos.

Tampoco menciona a su compadre que en Jalisco es el Súperdelegado y zar de las medicinas que compra su gobierno, o los ventiladores piratas del CONACYT, pero también aparecen en esa interminable lista el negocio de los cajeros automáticos comprados a Carlos Cabal Peniche, La condonación de impuestos a Yeidckol Polenvsky por más de dieciséis millones de pesos, las casas de Ricardo Monreal, las de Manuel Bartlett, los depósitos bancarios en efectivo para su causa, el contrato que dio Jiménez Spriú a su hermano por cincuenta millones de pesos, las pipas que nunca aparecieron, y hasta los hurtos con el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro, donde solamente se encuentran registrados en 22 por ciento de los beneficiados. Muchas cosas le seguirán saliendo al sátrapa que por desgracia gobierna México. Al tiempo. 

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