Sin lugar a dudas la ruta ha sido extraviada. Hasta ahora lo único o que ha mostrado y demostrado el actual gobierno es que la brújula no está funcionando, o simplemente no han discernido hacia dónde dirigir al Estado Mexicano en sus ansias locas de instaurar un régimen totalitario frente a la decisión de una sociedad dividida de conjuntarse en un esfuerzo de unión y operación coordinada para detener las ansias tiránicas del inquilino de Palacio Nacional.

  Quizá eso nos haga entender el porqué Andrés Manuel López Obrador se decidió por el desprecio de la Residencia Oficial de Los Pinos, y el aprecio de vivir en un Palacio como un sultán, Principe, Rey, o cualquiera de las demostraciones de superioridad que incluyen las dinastías.

Me atrevo a señalar que hasta ahora no existe un proyecto tangible, creíble, medible y auditable, acerca de lo que se pretende hacer con este país. Por lo pronto el Movimiento de Regeneración Nacional en pleno rechazó en el Senado de la República incorporar la creación de una Comisión de la Verdad para investigar los actos de corrupción en el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado. Y ante el descaro institucional, es decir del régimen que encabeza López Obrador, la propia Senadora de Morena, Lilí Tellez, pido la palabra para dejar constancia de la indignación generalizada por lo que ha ocurrido y la forma en que pretenden enterrar y olvidar las evidencias . 

Y es que quien presentó esa denuncia de corrupción no es otro más que el señor Jaime Cárdenas, quien dirigió a dicho instituto en el último año y medio, y que con su renuncia marcó distancia de lo que hace en los hechos la mal Cuarta Transformación , integrado por hombres y mujeres con una amplia vocación por la corrupción con toda la permisibilidad de Andrés Manuel López Obrador, quien simplemente se lavó las manos diciendo que “Jaime Cárdenas no le quiso entrar” a la lucha contra la corrupción.

Este lamentable hecho derrumba la presunta honestidad del hombre que durante más de veinte años ha usufructuado el dinero de los mexicanos, convirtiéndose en el moderno Antonio López De Santa Anna quien vendiera la mitad del país a los Estados Unidos de Norteamérica. Y no es que intente justificar el paralelismo, simplemente basta revisar la cantidad de millas de millones de pesos que Andrés Manuel López Obrador tuvo una disposición con su costumbre de provocar conflictos y cobrar por solucionarlos. Hay muchas páginas en CISEN que dan muestra de esta industria que lo llevó prácticamente a comprar de mala forma una Presidencia de la República con el propio dinero de los mexicanos.

Cuando la mayoría de Morena evita la discusión acerca de los actos de corrupción en el Instituto Para Devolver al Pueblo lo Robado, es porque con ello buscan ganar tiempo para que las evidencias sean ocultadas o destruidas y salvar así el nombre de una marca que en tan poco tiempo se ha ganado el desprestigio y el desprecio de la mayor parte de los mexicanos. Para decirlo más claro, los gobiernos tricolores y blanquiazules fueron bastante corruptos, pero nunca tan corruptos y cínicos como los saqueadores que ahora detentan el Gobierno de la Republica, incluido quien habita Palacio Nacional.

Por lo que corresponde al Señor Andrés Manuel López Obrador, ahora que está en el gobierno poco le han importado las evidencias porque como señale en líneas anteriores, vivir en un palacio ha sido una de sus mayores ambiciones, pero también tengo que decir que la nueva “" Casta divina ”de la que él mismo forma parte, son mucho peores que las que tanto vituperamos en el pasado reciente de este país. La única oportunidad que tenemos los mexicanos para enderezar el camino es la elección intermedia, y el único remedio es que el Movimiento de Regeneración Nacional pierda la mayoría parlamentaria. De no ocurrir así, la tiranía estará a la vuelta de la esquina. Al tiempo. 

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