Siempre dijimos que la política en este país era sucia. Y lo hemos podido comprobar sin excepciones, porque todos, todos los políticos de este país, de todos los partidos, de todas las latitudes, de todas las formaciones ideológicas, de todas las profesiones, acuden al escenario público

con una sola misión: convertirse en ricos, potentados, y acaudalados profesionales de la mentira y el engaño. Pobre pueblo al que engañan un día si y otro también, porque mientras no tenga la capacidad colectiva de pensar y analizar antes que decidir com el estómago y por las mendigas dádivas que les prometen, seguirá en la ignominia.

Hoy el escenario que estamos viviendo es la muestra palpable de la podredumbre a que ha llegado la otrora denominada ““clase politica”, aunque también habrá que señalar que por desgracia nunca tuvieron clase, pero lo peor es que ahora ni siquiera saben lo que es política. Ante el desdén ciudadano por los políticos de antaño que tanto daño causaron al país, los mexicanos hemos aceptado una nueva forma de desdibujarnos como sociedad, para convertirnos en parte de la rapiña del poder con decisiones surgidas de la siembra del odio y por las ansias de la venganza de un pasado que aunque a muchos no les guste, fue mejor que el presente.

Y lo digo con toda responsabilidad, porque al menos había rumbo en las instituciones, el país caminaba y funcionaba mucho mejor que ahora, y aunque la pobreza era el destino de amplios sectores de nuestra población, hoy la miseria se presenta matando irremediablemente las aspiraciones colectivas de progreso y oportunidades. Para decirlo más claro, el proyecto de la pobreza encabezado por Andres Manuel López Obrador es una lamentable realidad que nos causará infinitos agobios antes de que tengamos la posibilidad de enderezar el camino. La política sigue siendo el camino de la riqueza mal habida, de la pobreza eterna de los desposeídos, porque ellos son los que cosechan la miseria de nuestros presuntos líderes.

Bien dicen por ahí que estábamos mejor cuanto estábamos peor, porque ahora no existen las aspiraciones, y se desdeña el conocimiento y las habilidades porque de lo que se trata en realidad es de mantener a las masas pendientes de las dádivas institucionales antes que provocar una revolución educativa y de habilidades que es la única oportunidad que tienen los pueblos para dejar atrás la ignominia. Por fortuna existen instituciones educativas como la Universidad Nacional Autónoma de Mexico, el Instituto Politécnico Nacional, y muchas más que siguen manteniendo vigente la siembra del conocimiento en quienes se esfuerzan por alcanzar la profesionalización, que hasta ahora es el único camino para salir de la ignominia.

Y hay que decirlo con todas sus letras, desde su llegada a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Andres Manuel López Obrador encabezó la destrucción de la excelencia educativa con sus miserables escuelas en las que se acreditaban conocimientos sin esforzarse, porque de cualquier forma se entregaban las acreditaciones oficiales sin que se presentaran los exámenes correspondientes. El modelo populista encontró esplendor durante su periodo como Jefe de Gobierno, y ahora replica el modelo porque su mayor aspiración es la reelección y la dictadura populista.

El mejor ejemplo de ello es el video que circula en las redes sociales donde el actor Alfredo Adame se ufana del dinero que se meterá a los bolsillos y cuya cantidad es de doscientos millones de pesos, simplemente porque lo harán candidato del partido que detenta en propiedad la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo Morales. Pero hay que señalarlo con todas sus letras, los culpables no son ellos, somos nosotros, porque hemos mantenido silencio ante el hurto de los caudales públicos que sigue vigente como forma de gobierno. Para decirlo más claro, en la historia de este país, la,mejor fábrica de riqueza ha sido el gobierno. Solamente hay que observar el mejor ejemplo en los hijos de Andres Manuel López Obrador. Venezuela está a la vista. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

 

Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.