Mucho se dijo acerca de la llegada de Andres Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, y por desgracia tenían razón aquellos que auguraban y visualizaban que sería un gobierno desastroso. A casi tres años de gobierno los resultados son gravemente ofensivos al entendimiento, pero

sobre todo a los mexicanos más desprotegidos porque han entrado en una fase de brutal pobreza, a causa de que fueron anulados los apoyos que los gobiernos anteriores destinaban para paliar sus agobios. Hoy estamos ante un gobierno deshumanizado que solamente responde a un proyecto personalista de quien detenta el poder, y que dispone de los caudales en ocurrencias de momento como el hecho de comprar una refinería obsoleta que le significó un gran negocio para la consorte de su vástago, y prohibir la generación de energías limpias y renovables porque afeaban el paisaje. Administrar un gobierno con estrategias contrarias al sentido común ha sido la principal muestra de que la finalidad primaria es el empobrecimiento generalizado del país. Hay que decirlo con todas sus letras, Andres Manuel López Obrador no tiene idea de lo que significa la generación de riqueza, porque la principal misión que abandera es el empobrecimiento generalizado para mantenernos como rehenes de la generosidad gubernamental, y por cierto, aunque afirme lo contrario, nunca le alcanzarán los caudales públicos para mantener las dádivas para la enorme masa de mexicanos que han pasado a engrosar las listas de la pobreza. Por desgracia el desastre está a la vista y nosotros mismos somos parte de él de no detener sus ansias dictatoriales en los siguientes días. El manejo de la pandemia ha sido oprobioso a causa de la estupidez de un remedo de científico que ha provocado infinidad de muertes, por lo que Hugo López Gatell debería que ser enjuiciado al igual que el Presidente de la República por el Tribunal internacional de La Haya , montar un asesinato masivo estructurado desde el Gobierno Federal. Su referencia de que la influenza era más virulenta que el Coronavirus mostró su ignorancia como médico, circunstancia que nos y mantiene como el tercer lugar tiene mundial en muertos per cápita. Mientras tanto la mendicidad del inquilino de Palacio Nacional señalaba que estábamos preparados para enfrentar la pandemia, esa que hasta ahora nos mantiene en uno de los primeros en el mundo por el número de decesos. “Sigan llevando a la familia a comer. Yo les voy a decir cuando no salgan ”aconsejaba en sus mañaneras. Después acudiría a la idiotez de “no mentir, no robar, y no traicionar” porque eso ayudaba mucho a evitar el coronavirus. Después pediría que nos abrazáramos porque no pasaba nada, y tuvo incluso la estupidez de mostrar una imagen religiosa porque esa era ““ el detente enemigo, que el corazón de Jesús esta conmigo ”. Hasta ahora se desconoce si el Presidente de la República está afectado de sus facultades mentales, lo que muchos especialistas han afirmado, o simplemente su mendicidad es tanta que poco le importa el número de mexicanos que han fallecido, que por cierto supera el número de cuatrocientos cuarenta mil en todo el país. Los médicos no se dan abasto, la Organización Mundial de la Salud ha establecido que al menos ciento noventa mil muertos se pudieron haber evitado y ha pedido al Presidente que la pandemia sea tomada en serio. Hasta el populista Nayib Bukele, mandatario de El Salvador, ha señalado que tiene miedo de lo que está pasando en México porque hasta Estados Unidos actualizó su alerta de viajes a Mexico porque está en el nivel 4, es decir, el maximo y más grave. Mientras tanto la estupidez del presunto científico de López Obrador, y el mismo Presidente, señalaban que en abril saldríamos de la gravedad. Un mes después estamos en el centro del desastre sanitario, y por desgracia la estupidez del Mandatario sigue causando innumerables muertes. Mexicano, tú tienes la palabra este seis de julio, o seguimos rumbo al precipicio, o establecemos un alto a la mendicidad del tirano que habita en Palacio Nacional. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it. Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.