Sin lugar a dudas el Presidente de la República se afana en mostrar su inventiva a los mexicanos un día sí, y otro también. Y no es que trate de denostar la figura del inquilino de Palacio, pero hasta ahora el catálogo de las decisiones habla de que al intentar marcar una diferencia con los gobernantes

anteriores, las equivocaciones son recurrentes y en la mayor parte quienes perdemos somos los mexicanos, aunque eso poco le importe al señor Lopez Obrador porque siempre ha vivido de los fondos públicos, y ahora los malgasta con singular alegría en sus personalísimas ocurrencias que seguramente serán el sello de su administración.

La verborrea ha sido monumental en estos tres años, pero el Presidente de la República sigue creyendo que es poseedor de la única verdad sin detenerse a pensar que los mexicanos no somos tontos y que hemos estado registrando sus dislates y la forma tan cínica en que dispone del dinero que pertenece a ese pueblo que tanto confió en él, y que ahora comienza un despertar ante la cruda realidad que vive en carne propia con esa disminución drástica de los índices de bienestar que tratan de evadir sus correligionarios, repitiendo el discurso del presunto e inexistente éxito gubernamental.

Mucha alharaca hizo con el caso del Avión Presidencial que adquirió Enrique Peña Nieto y que se negó a utilizar con el discurso de que era un exceso el lujo que se había utilizado para dotarlo de una dignidad con la que nunca estuvo de acuerdo, y que desde luego no fue más que un posicionamiento mediático para encasillar al pasado en su discurso acerca de los excesos del poder y los lujos a que se acostumbraron “los de antes”. Por lo pronto el Director General de Banobras, Jorge Mendoza Sanchez informó que los costos de preservación ascienden a más de treinta y siete millones de pesos, y que uno de los interesados en su compra entregó un adelanto de un millón de dólares.

En el colmo de ese exacerbado populismo que caracteriza al régimen obradorista, se informó que el avión está en mejores condiciones de las que se recibió de la administración pasada, y lo único que muestra esta afirmación es una cínica falsedad porque ni siquiera mantenimiento preventivo en las fechas programadas se le ha dado, con tal de no gastar, por lo que el mantenimiento se encareció. Para decirlo más claro, quienes salimos perdiendo con el desplante de Andrés Manuel López Obrador de rechazar el avión que se adquirió en la administración pasada, somos los mexicanos, porque el dinero que se sigue utilizando es nuestro.

Ahora se anuncia una presunta negociación para vender el afamado Avión, pero también se menciona una nueva adquisición, lo que no es más que otro de los desplantes presidenciales para disponer del dinero de los mexicanos en una nueva compra con lo que habrá doble gasto simplemente por su capricho. Aquel que antaño hablaba hasta la saciedad de los excesos en el utilizamiento de los recursos públicos ahora protagoniza un episodio de los que tanto criticó, además de regalar dinero a los países con gobiernos populistas en el hemisferio, lo que tiene que representar una ofensa más a esta nación que hasta ahora sigue lastimando con sus desplantes y ocurrencias.

Andres Manuel López Obrador siempre utilizó el discurso de la austeridad y la responsabilidad para evitar que se sustraigan los caudales públicos, y esa circunstancia no fue más que un montaje discursivo porque la realidad que estamos viviendo es lacerante a causa de ese empecinamiento por entregar dinero a sus homólogos populistas disfrazada de ayuda humanitaria, además de los jugosos negocios familiares. Aparte de cínico redomado, el Presidente de la República muestra y demuestra que siempre ha sido un pillo de siete suelas, y que el destino de los mexicanos le importa un comino porque esa autoridad de que tanto hablo es ahora parte de la escuela de la discrecionalidad. Pobre país con un mandatario que está resultando más ladrón que aquellos a los que increpaba en el discurso. Pero no hay mal que dure cien años, ni pueblo que los aguante. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

 

Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.