Sin lugar a dudas el populismo llegó al Continente Americano para quedarse y apropiarse de la mayor parte de los gobiernos en el hemisferio,

y eso puede no gustarle a Estados Unidos que cada día se aleja más de Latinoamérica y se encierra en su añeja democracia que hasta ahora le sigue dando frutos a la vez que observa a la lejanía esas demostraciones de los principales líderes de los países latinoamericanos que hasta ahora no han logrado detener y que lo previsible es que sigan ganando terreno.

El Colombiano vivió un inédito día cuando el exguerrillero Gustavo Petro Urrego alcanzó el triunfo en las urnas el domingo pasado y convertirse en el primer Presidente de la izquierda en su país. Es oriundo de Ciénaga de Oro, que es un pequeño municipio del norte del país, y que venció a su contrincante, Rodolfo Hernández, en una reñida contienda, en la que tuvieron que irse a una segunda vuelta, ganando con un estrecho porcentaje menor a tres puntos porcentuales en una elección que finalmente fue reconocida como legal.

Fueron tres los intentos, al igual que Andrés Manuel López Obrador, para alcanzar su más caro anhelo: llegar al poder presidencial. Junto a él siempre estuvo Francia Márquez como su fórmula a la Vicepresidencia y que es la primera mujer negra que es elegida en la historia de Colombia. “Lo que viene es un cambio de verdad” anticipó el exguerrillero de sesenta y dos años de edad, y se significa como izquierdista que llega al poder por una ola de descontento social con las clases políticas del hemisferio a causa de la desigualdad y los malos resultados en materia económica.

Pero mientras el auge populista se ha puesto de moda en el Continente Americano, la Venezuela populista que estableciera Hugo Chávez no las tiene todas consigo, porque el debilitamiento de Nicolás Maduro resulta evidente, y lo peor es que sigue adelante entrampado en una espiral de constantes crisis que se suceden una a la otra por la falta de recursos económicos para satisfacer la canasta básica de la población. Y ese es el principal talón de Aquiles del llamado “Populismo del Siglo XXI”, y al cabo del tiempo se reflejará en la mayor parte de los países subdesarrollados del hemisferio.

El problema es que todavía no se logra avizorar cuál será el futuro del populismo latinoamericano desde el momento en que los especialistas han señalado que la izquierda de esta parte del mundo está comenzando a pagar la factura por, el derrumbe del modelo Bolivariano que hasta ahora sigue encabezando Nicolás Maduro, un sujeto de mediana inteligencia que se ha convertido en un tirano con tal de mantenerse al frente del país de manera indefinida. Vaya, al menos Hugo Chávez tenía otra visión que hasta ahora Maduro no ha entendido.

La llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder en México fue celebrada por los populistas del continente, pero a la vez que ellos comenzaron a debilitarse, hasta ahora el Mandatario Mexicano aún conserva una considerable popularidad que podría en el corto plazo comenzar a debilitarse en los últimos dos años de su gestión. Han sido muchos los yerros del tabasqueño, y muchas las muestras de una brutal corrupción por parte de sus hijos que lo mismo asaltan, que incautan grandes cantidades de dinero a los empresarios mexicanos. Para decirlo más claro, el populismo latinoamericano sigue vigente, pero en los siguientes tres años comenzará a desinflarse sin lugar a dudas. Al tiempo.

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Lic. En Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.