Muchas cosas se han dicho en torno a la pretendida reforma legal de la empresa paraestatal más importante del país, y aunque haya consenso entre los diputados y senadores para sacarla adelante, lo más seguro es que habrá movilizaciones, marchas, plantones, denostaciones, encendidos discursos contra la privatización y reclamos, muchos reclamos por la ofensa de atentar contra el patrimonio del pueblo. Hasta ahora pareciera que cada cual tiene una concepción distinta de lo que se debe hacer para darle viabilidad a Pemex, pero nadie ha aportado, hasta ahora, una propuesta que contenga soluciones que dejen conforme a todos. Quizá sea porque no existe, por lo que los inconformes seguirán haciendo lo que bien saben hacer: protestar, protestar y protestar.

Por lo pronto un disminuido Andrés Manuel López Obrador pretende adelantarse y envía a su principal personero, y quizá el único que le queda, a reunir a sus escasas huestes en el Hemiciclo a Juárez en la Ciudad de México, para presentar su propuesta de reforma energética. Martí Batres justificó la ausencia del señor López señalando que tenía compromisos en Tabasco, a donde seguramente se fue a descansar después de tantos agobios que se padecen cuando se pretende conformar un partido político, y encabezaría una marcha en conmemoración de la expropiación petrolera. Ahora ya no quema pozos petroleros, y solamente le queda la encendida verborréica que tantos seguidores le aportara en el pasado. La propuesta presentada por Batres consta de 15 puntos, y aseguró que el Gobierno Federal pretende engañar al pueblo de México. La pregunta que todos nos hacemos es: ¿quienes son los que buscan engañar al pueblo?

Por eso me parece una infamia que haya alguien que pretenda engañar a la gente aduciendo que el Gobierno Federal pretende entregar la riqueza petrolera al extranjero. Muchos dirán que eso es parte del discurso de la oposición, pero no puedo concebir que en aras

de ganar adeptos se engañe de esa manera. No es leal ni ético, aunque pedir lealtad y decencia a los líderes de cualquier partido político es como pretender que las palmeras de coco den racimos de hamburguesas. Si existe un sector al que la mentira le resulta fundamental para sus propósitos es a los integrantes de los partidos políticos, y por consecuencia también a quienes se dedican a la política.

De cualquier forma, los principales ejes de la propuesta ya fueron dados a conocer y van hacia el establecimiento de una nueva estructura organizacional que sea más eficiente y transparente, privilegiar la ética y la responsabilidad social, promover el crecimiento verde, potenciar a la industria petrolera, orientar las inversiones y fortalecer la capacidad de inversión de la paraestatal. Se dice sencillo, pero la mayor dificultad la encontraremos en los sectores radicales que siguen pretendiendo que creamos que el petróleo nos dará esas inconmensurables riquezas que soñamos, por lo que no debemos sucumbir a la tentación de la venta fácil a los extranjeros. Al This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.