sinpunto
Por: Vladimir Galeana Solórzano
 
A México se le han acumulado los problemas a causa de la incapacidad de nuestra clase política, de todos los partidos y corrientes políticas, y de la apatía de los ciudadanos para exigir de ellos un comportamiento encaminado a la solución de nuestras necesidades.

Uno de los más caros anhelos en los últimos años ha sido alcanzar esa paz que se nos extravió en el camino, y que para nuestra desgracia con la violencia desatada por la criminalidad cada día se aleja más. Pero también hay que señalar que la paz resulta necesaria para comenzar a resolver los problemas que se nos han echado encima durante tantos años, y eso lo entiende el Presidente Enrique Peña Nieto, quien durante su visita a Japón aceptó que una de las grandes prioridades de su gobierno es recuperar la paz y la tranquilidad en el país.

El problema es que nuestros males se derivan en gran parte, como he señalado en líneas anteriores, del posicionamiento político de los antagónicos a quienes detentan la estructura gubernamental. Las oposiciones han entendido el ejercicio político a partir de la destrucción del adversario, de la colocación de trabas para el desarrollo de sus planes y proyectos, de catapultar cualquier intento de resultado aunque resulte beneficioso para los ciudadanos. La política en México ha sido concebida por muchos como el exterminio del adversario porque la finalidad inmediata es la búsqueda del poder por el poder. De lo que se trata es de acceder al poder, mantener el poder y utilizar el poder para evitar que los adversarios alcancen el poder.

Los dirigentes de la Coordinadora Nacional de la Educación tienen por costumbre encabezar movilizaciones, reyertas, tomas de oficinas, paros, bloqueos, y cuando se detona la aplicación de la ley, de inmediato solicitan diálogo para negociar la no aplicación de sanciones amenazando con elevar el nivel de su presencia en las calles. La amenaza de ir a un paro nacional ha sido recurso para arrinconar a las autoridades, y ahora hacen lo que saben hacer muy bien porque son especialistas. La CNTE condicionó su permanencia en la mesa del diálogo a que no se liberen las órdenes de aprehensión que existen en contra de profesores del Estado de Guerrero.

Siempre hacen lo mismo, y seguramente también ocurrirá lo mismo de siempre y la esfera gubernamental privilegiará por encima de la propia aplicación de la ley la negociación para evitar que el conflicto alcance mayores proporciones. Ese es el camino que siempre recorren los antagónicos y hasta ahora el mismo que han recorrido las autoridades gubernamentales. Si queremos ese México en paz al que se ha referido el Presidente Peña Nieto es la hora de la aplicación estricta de la ley. A quien cometa un delito, trátese de quien se trate, se le debe aplicar la ley. La política no debe tener como condicionante la violación constante de la norma jurídica porque el resultado ha sido inversamente proporcional a la fortaleza del Estado. Así de simple. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.