sinpunto

Por: Vladimir Galeana Solórzano

Pareciera que los liderazgos sindicales magisteriales del Estado de Guerrero están copiando mal la estrategia para desestabilizar el estado y para hacer caer el gobierno de Angel Aguirre Rivero. El Guerrero actual no es el de hace cuarenta años cuando surgió la lucha armada a partir de los liderazgos magisteriales de Genaro Vázquez, Lucio Cabañas, Jesús Araujo, y muchos más que creían que solamente así cambiarían las condiciones de pobreza de la mayor parte de las comunidades guerrerenses. Si bien es cierto que Guerrero sigue manteniendo grandes comunidades en la marginación, también lo es que los cacicazgos regionales son los que lo han mantenido postrado, y sobre todo aquellos cuyo principal fin es mantener la reyerta contra el gobierno para alcanzar prebendas grupales que reparten entre los principales cómplices.

La forma en que los integrantes de la CETEG realizan sus protestas buscando causar el mayor daño a las instalaciones públicas, está generando es una brutal animadversión entre los principales inversionistas que son al fin y al cabo los únicos que hasta ahora se han preocupado por la generación de los empleos que mantienen los procesos económicos en amplias regiones del estado. Los pobladores de la Capital, Chilpancingo están hartos de los escándalos magisteriales que en lugar de prepararse parecieran tomar cursos intensivos de procedimientos guerrilleros urbanos.

La estructura educativa de Guerrero cuenta con ocho regiones, de las cuales ya han sido tomadas seis por los maestros cuya equivocada lucha solamente afecta a los niños y a los sectores más pobres de la población. Los liderazgos magisteriales han hecho de la pobreza una industria para mantener como rehén a las autoridades con sus exagerados posicionamientos que solamente buscan prebendas grupales y consolidarse como grupos de presión. En este rol que han asumido lo único que han mostrado es una carencia de una ideología que intente beneficiar a los sectores marginales de la población, y ese ha sido su principal mercado al asumir un discurso reivindicatorio que nada tiene que ver con la erradicación de la pobreza. La lucha es inútil y equivocada.

El Presidente Enrique Peña Nieto ha señalado que habrá canales de interlocución, pero mantendrá la aplicación estricta de la ley para los responsables de la comisión de delitos. Insisto, quienes no trabajen deben dejar de percibir su salario, y aquellos que persistan en sus conductas delictivas tienen que recibir como respuesta la aplicación de las sanciones penales consignadas en las legislaciones local y federal. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.