sinpunto

Cada día que pasa surgen nuevas evidencias, pruebas, datos y hasta circunstancias precisas de la forma en que se realizaron las cosas durante el mandato de Felipe Calderón Hinojosa. Muchas de ellas fueron públicas, otras se dieron a conocer pero nunca se dijo la magnitud, y las más respondieron a las fobias propias de aquellos que estaban encargados de velar por la viabilidad del Estado. Los excesos que relatan los medios de comunicación, y que son producto de la infidencia de quienes protagonizaron las principales áreas de las instituciones de procuración de justicia, resultan increíbles y creo que para muchos hasta carentes de veracidad.

Los testigos protegidos resultaron el recurso más utilizado por las policías durante el calderonato para la incriminación de aquellos a quienes había que mantener tras las rejas. Muchos de ellos nada tenían que ver con la actividad criminal, pero en una estrategia de justificación del uso indiscriminado de la violencia institucionalizada del Estado esa circunstancia es la que menos importa, la que menos validez tiene en lo legal, porque todo era ilegal. Se maniobraba dentro de la ilegalidad para darle visos de legalidad a muchas cosas que tienen que ver con la actividad criminal. Ha sido una de las etapas más obscuras en los sistemas policiales mexicanos, y de las más violentas de que tengamos memoria. No fue fácil para muchos de los afectados ni para sus familiares cercanos.

Durante el periodo de Felipe Calderón Hinojosa se registraron presuntamente 379 narcotraficantes bajo la figura del testigo protegido, es decir aquellos que buscan prebendas a cambio de dejar testimonio de hechos que presencio y que en realidad nunca se pueden constatar. Lo que busca un testigo protegido es dinero e impunidad, y como la PGR estaba dispuesta a dárselos, simplemente lo tomaron porque a cambio no se les pedía más que acusar sin fundamento a quienes ellos señalaban o estaban fuerza de control. Esa carencia de probidad y de moralidad es la que con mayor frecuencia utilizaba la PGR y la PFP para sacar de la circulación a esos elementos que estorbaban a los fines de mantener una guerra en la que también había muchos intereses.

Finalmente el manejo unipersonal de las dependencias encargadas de la investigación de los delitos y de la procuración de justicia dieron al traste con el poco aprecio que les tenían los mexicanos. Muchas cosas seguirán pasando porque esto no termina aún. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.