sinpunto

A muchos no gustara lo que aquí escribiré y por ello seguramente seré blanco de todo tipo de dicterios, descalificaciones, y hasta uno que otro recordatorio materno. No es que busque provocar ese tipo de reacciones, pero cuando un periodista vierte opiniones contrarias al interés de quienes son referenciados en una nota las cosas no resultan del todo agradables para los protagonistas, y en el caso que nos ocupa diré que no puedo opinar de otra forma

después de conocer el historial de los principales jóvenes de aquel grupo que desapareció del bar Heaven en plena Zona Rosa sin dejar rastro alguno, lo que constituye uno de los misterios más grandes de los últimos años para las autoridades policiales del Distrito Federal.

El afamado Barrio Bravo de Tepito es uno de los lugares más visitados de la gran Ciudad de México con todo y que también es uno de los más peligrosos. Tepito tiene esa dualidad: puede ser un lugar de oportunidad para hacerse de algunas cosas que resultan necesarias para el hogar, la oficina o el negocio, o para encontrar cualquier cosa que este prohibida por las leyes, y por el otro lado, alternar y entrar en los laberintos de la criminalidad y el mundo del hampa menor. No es fácil vivir o trabajar en Tepito, y para hacerlo  se requieren condiciones especiales: o ser muy hábil, o ser muy osado. Quienes reúnen ambas condicionantes son los que tienen mayor posibilidad de triunfar en ese sórdido mundo.

Tepito es el lugar donde se concentra la mayor parte de la delincuencia organizada en la Capital de la República, y todos tienen relación entre sí y se guardan el mismo respeto. Desde aquellos que se dedican a cuidar vehículos hasta los que encabezan las bandas de narcos o sicarios. Cada uno de los que ahí habitan o trabajan sabe cuál es su lugar y lo que tiene que hacer para vivir o sobrevivir, y cuanto tiene que trabajar para alcanzar posiciones más encumbradas. O se mantienen ligas con el crimen, o se cierra la boca. Para avanzar y encumbrarse hay que arriesgar, y si algo sale mal, la cárcel se convierte en inevitable destino.

En este ambiente se formaron esos jóvenes que desaparecieron del Bar Heaven y que tienen en vilo a las policías del Distrito Federal que no aciertan a dar con su paradero o a explicar coherentemente que fue lo que ocurrió. Lo único cierto es que la mayor parte de ellos, aunque jóvenes, ya están curtidos por el trabajo en el bajo mundo de la delincuencia. Lo que parece ser una vendetta de grupos antagónicos pudiera convertirse en realidad, y todo parece indicar que así será por la circunstancia del lugar, y por los antecedentes familiares de los principales desaparecidos. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.