SINGLADURA

¿Verdad que no es igual, amar que ser amado? Viene el punto a propósito de
la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de devolver, así sea de manera parcial, limitada o sin excesos y abusos, una guardia militar de ocho elementos a los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, ambos aquejados –sostienen- por el fenómeno de la inseguridad que agobia hace años a casi el 100 por ciento de los mexicanos. Pues sí, es obvio que “el miedo no anda en burro”.
Calderón escribió hace meses, según el propio presidente López Obrador, a éste para manifestarle su preocupación en torno a su seguridad personal y la de su familia, debido a lo que él hizo en esa materia entre 2006 y 2012 dizque para llevar paz y tranquilidad a los mexicanos. ¿Pues qué hizo? Hasta donde nos consta a los mexicanos, Calderón declaró una guerra frontal de carácter militar al crimen organizado. Fue como sabemos de sobra una guerra fallida que bañó de sangre a los mexicanos más vulnerables, como siempre. 
Un informe del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, citado por Aristegui Noticias, concluye que durante el sexenio calderonista “imperó el luto, el dolor e incluso el terror en amplios sectores sociales debido a las miles de personas asesinadas, desaparecidas, desplazadas, exiliadas, torturadas, extorsionadas, víctimas directas o indirectas de la violencia”.
Añade que el sexenio de Calderón estuvo “marcado por la violencia y las cifras de muerte”. Señala incluso que ni siquiera se cuenta con una cifra exacta y oficial de muertos, pero indica que se calcularon entre 60 y hasta 90 mil.
“Vista en retrospectiva, la presencia del ejército en las calles aumentó la vulnerabilidad de los civiles, en ausencia de una práctica de protección y garantía de los derechos humanos”, apuntó. Añade que nunca hubo un protocolo en enfrentamientos con miembros de la delincuencia organizada y los asesinatos fueron en aumento, en un “círculo vicioso de violencia e impunidad”. 
Este fue el monstruo creado por Calderón, quien ahora pide protección a su archirrival López Obrador, al que alguna vez consideró “un peligro para México”. Vaya cinismo del ex presidente panista, muy activo además en otras lides políticas al lado de su esposa. Sería mejor para ellos y aún para el país, que ambos cuidaran de sí mismos como hacemos la mayoría de los ciudadanos de este país. Pero quieren seguir pegados a la ubre del gobierno, así sea de quien fue llamado un “peligro para México”.
Y de Fox, poco que añadir. Después de todo, el hombre de las botas resulta de la misma cepa panista. ¿Pues no que tan bragado el hombresote, el que prometió acabar con las tepocatas, alimañas y víboras prietas? 
Es claro y muy conocido que a los dos ex presidentes les sobran recursos para hacer y deshacer. ¿Por qué tendría el gobierno y el Estado mismo de México qué pagar por la seguridad de ambos y de sus familias? Hoy, ambos ex presidentes, son ciudadanos comunes y corrientes, como todos nosotros. ¿Por qué ponerles guardias militares pagados con recursos del erario público? A ver, también yo pediré al presidente López Obrador una guardia militar para que cuide de mi persona y de mi familia. Después de todo el primer deber de un gobierno, cualquiera que éste sea, radica precisamente en velar por la vida de todos los gobernados y garantizar su seguridad patrimonial.
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