Cierra este 2019 en coincidencia con el primer año de la 4T. Ante un panorama de claroscuros, pronto estaremos instalados

 en el doble 20. De todos los polémicos temas que arroja el año público del país, hay dos que destacan y que conviene citar porque tienen el potencial de marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso del gobierno lópezobradorista, y sobre todo de los mexicanos. Aludo claro al contrastante auge de la violencia asociada al crimen organizado y el virtual estancamiento de la economía nacional.
Las cifras bastan y sobran para ilustrar el desastre que los mexicanos vivimos este año en materia de criminalidad. Sobrepasan en el año los 31 mil homicidios, un número sin precedente desde la puesta en escena hace 13 años de una política anticriminal que hoy naufraga y tiene sentado a su principal ejecutor ante un juez de Estados Unidos, en una estampa inimaginable y que seguramente tendrá repercusiones de fondo dentro y fuera del país en la docena de meses que está a punto de inaugurarse.
Hace apenas unas horas se difundió un informe sobre el número oficial de desaparecidos en México por la violencia de los últimos 13 años, que resulta 30% mayor a lo que hasta ahora se creía (40.000) como consecuencia de un cambio en el método para calcularlo.
Al horror de la violencia ligado a la guerra contra el crimen del inefable Felipe Calderón, que arrojaría un saldo de casi 275 mil personas muertas, se añade una cifra de desaparecidos de hasta 52.000 personas. No son mejores las cifras de la 4T, muy lamentablemente para el país.
Que en solo un año de la 4T la cifra de muertes violentas supere los 31 mil genera alarma, preocupación y temor. Será mejor omitir al menos por ahora qué resultaría para el país un ritmo similar de mortandad criminal en los siguientes cinco años. Mejor no.
En el ámbito de la economía, las cosas tampoco llaman a la tranquilidad y el optimismo. La economía mexicana cierra el 2019 con crecimiento cero. El PIB del país ni siquiera se acercó a los registros de los gobiernos anteriores, “neoliberales”, ineptos y corruptos, claro. Para decirlo sin ambages, fue un año económicamente malo y eso constituye una noticia pésima para el país.
¿Qué viene? Todos esperamos estoy seguro un año infinitamente menos dramático en 2020 en al menos estos dos aspectos clave: crecimiento económico y abatimiento criminal. Insisto en que la 4T se juega en ambos campos su propia credibilidad, eficacia y sobre todo éxito. La inmensa mayoría de mexicanos me parece apostamos por necesidad al éxito, o por lo menos al avance en estos temas. Esto más allá de filias y/o fobias con la 4T. Lo que está en juego al final de todo no es un gobierno, que como todos los otros también pasará. México es mucho más importante que una gestión sexenal, que un día –nadie lo olvide- será evaluada y calificada para siempre. Ojalá podamos entenderlo para actuar en consecuencia y en las áreas de responsabilidad que nos atañan.
Después de todo, como sabemos sobradamente, no hay día que no se llegue ni plazo que no se cumpla. Y hoy llegó el tiempo de desear a usted, afable lector (a) las mejores fiestas de temporada y un 2020, redondo. Hasta enero.
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@RobertoCienfue1