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Una de las grandes preguntas que los expertos en dinosaurios se han planteado durante mucho tiempo tiene que ver con su metabolismo. Durante más de 50 años los científicos han intentado saber si se trataba de animales de sangre fía o sangre caliente. Una pregunta que para los profanos puede no tener demasiada importancia, pero cuya respuesta podría servir, por ejemplo, para saber si eran más parecidos a las actuales lagartijas o a los elefantes.

Lograr medir la temperatura corporal de los dinosaurios demostraría si se movían de forma lenta y pesada como los reptiles, o rápida y ágil como las aves. Esto depende en gran medida de si fueron animales de sangre fría o caliente, y es lo que analiza el artículo publicado por el equipo de John M. Grady, de la Universidad de Nuevo México, en el último número de la revista Science.

Y su conclusión es que estaban a medio camino entre los ectotermos y los endotermos, es decir, que podían regular su temperatura corporal pero solo en unos parámetros muy limitados. Se trataría por lo tanto de un grupo de animales denominados mesotermos, entre los que se encuentran algunas tortugas, tiburones y los atunes.

En este estudio John M. Grady presenta un nuevo método para analizar el metabolismo de taxones extintos, basándose no sólo en la tasa de crecimiento, como los anillos de crecimiento anuales en fósiles, sino que también tienen en cuenta las tasas metabólicas, basándose en patrones de crecimiento ontogenético, es decir, los cambios en el tamaño corporal conforme un animal crece desde que nace y hasta que es adulto.

Para analizar estas relaciones entre el crecimiento y la tasa metabólica en los dinosaurios los investigadores usaron una serie de datos comparativos, abarcando un amplio espectro de más de 400 vertebrados tanto extintos como existentes en la actualidad. Su conclusión final fue que el metabolismo de los dinosaurios está a medio camino entre la ectotermia y endotermia, o lo que es lo mismo, estaría entre los animales de sangre fría y los de sangre caliente, más cercanos a los animales mesotérmicos como el atún, los tiburones lámnidos o la tortuga laúd.

En el estudio se llega a la conclusión de que a diferencia de los animales endotermos, que mantienen una temperatura media de 37 grados en el caso de los mamíferos y de unos 39 en el caso de las aves, los dinosaurios tenían una temperatura corporal ligeramente superior a la temperatura ambiente, pero no tan alta como los endodermos. En determinadas ocasiones dependerían del calor metabólico generado internamente para mantener su temperatura corporal, pero en otras dependerían de la temperatura ambiente para mantener su calor corporal.

El trabajo publicado en Science podría ayudar a otros científicos a entender mejor cómo eran los ecosistemas del Mesozoico y estimar cómo era la tasa metabólica de otros animales de este periodo cuyas características metabólicas siguen sin estar claras.