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En el XXIV Encuentro Internacional de los Investigadores de la Cultura Maya, el especialista Peter J. Schmidt indicó que Chichén Itzá es y ha sido por largo tiempo un caso excepcional dentro de la arqueología de Mesoamérica.

El investigador Peter J. Schmidt indicó que sigue sin resolverse el mayor enigma de quiénes eran y a dónde se fueron los itzáes, pese a diversos intentos e investigaciones.

Homenajeado en el XXIV Encuentro Internacional de los Investigadores de la Cultura Maya, el especialista dictó la ponencia “De flores, danzas, serpientes y cerámica: veinte años desentrañando la historia de los itzáes”.

Schmidt dijo que la iconografía, entre flores, música, danzas, serpientes y la arquitectura, señalan a Chichén Itzá como una ciudad de actividad pujante para el siglo IX de nuestra era, con una estructura de poder en la que un personaje, Kakupacal, era el señor principal.

En el encuentro participan investigadores de Alemania, Francia, Estados Unidos, México y el Salvador, cuya temática de esa versión se refiere a costumbres y prácticas funerarias en el área maya a través del tiempo.

El investigador homenajeado dijo que Chichén Itzá es y ha sido por largo tiempo un caso excepcional dentro de la arqueología de Mesoamérica.

Puede ser considerado “un sitio grande e importante desde cualquier punto de vista, es el lugar con mayor cantidad de visitantes y la zona arqueológica más conocida en Yucatán, nunca fueron completamente olvidados ni destruidas, por encontrarse lejos de cualquier asentamiento colonial”, apuntó.

Expuso que el sitio ha sido objeto de proyectos de excavación y restauración, algunas llevadas a cabo por el gobierno mexicano y otras por instituciones científicas.

Chichén Itzá “fue un lugar hábilmente planeado y construido para impresionar a propios y extraños, con la monumentalidad de sus edificios, y es muy llamativo la extensa red de caminos, que forma una gran vía de comunicación interna”, añadió.

Refirió que con la variedad y cantidad de datos acumulados ahora se puede definir tres principales estilos arquitectónicos en Chichén Itzá, tales como el “Yabnal”, que se desarrolló alrededor de 600-780 de nuestra era.

Así como el estilo “Maya Chichén”, que se desarrolló de 780 a 900 de nuestra era, conocido popularmente como “estilo Puuc de Chichén”, que es semejante a ese estilo, pero carece de muchas de sus características fundamentales, por ello la nueva designación.

El tercer estilo es el de “Chichén Itzá”, que se desarrolló de 900 a 1520 de nuestra era, y que corresponde a la época del gran apogeo de la metrópoli y a la cual muchos autores han denominado como “Maya- Tolteca”.

Son muchos, dijo, los avances en el conocimiento de esa antigua metrópoli y de sus habitantes. Sin embargo, aún quedan muchas incógnitas por resolver en Chichén Itzá, aunque “el mayor enigma sigue siendo quiénes eran los itzés y a dónde se fueron”.