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¿Cómo podemos percibir el cine a través de los sonidos y no a través de la información? Es la propuesta planteada por los instructores en el Taller de cine documental: Paisajes sensoriales, en el Centro de Cultura Digital, espacio en el que

los participantes puedan diferenciar y hacer una división entre la información y el mundo sensorial, para crear universos documentales en donde la información visual no sea la prioridad.

Uno de los requisitos para formar parte del taller fue tener cierta experiencia en cinematografía o en producción de imágenes, así como presentar un proyecto o un work in progress audiovisual del que se hubiera realizado una investigación previa.

Se recibieron un total de 150 proyectos, de los cuales se seleccionaron 12 trabajos, gran parte de éstos tienen que ver con conflictos sociales, con temas que se tratan generalmente con mucha información no sensorial.

El taller incluyó una excursión sensorial el sábado 7 y domingo 8 de febrero fuera de la Ciudad de México, en la que se realizó una práctica intensiva durante un fin de semana en la Hacienda Atlihuayan, en el estado Morelos.

Nicolás Pereda, instructor y director de cine mexicano, señaló que la relación con el cine puede cambiar a partir de poner atención al sonido, como un tipo de información sensorial, ya que también es importante cómo se siente.

Por su parte, J.P. Sniadecki, cineasta, antropólogo de medios de comunicación y profesor de cine en la Universidad de Cornell en Nueva York, mencionó que muchas veces no es necesario saber la hora, la fecha, el lugar, la relación entre los personajes, sino solamente sentir cómo vive la gente en determinados espacios.

Al respecto, agregó que “el público participa en la construcción del sentido, por lo que puede haber una multiplicidad de significados en este cine y cada quien es libre de involucrarse a su modo”.

De esta manera, es posible provocar que la gente participe en la película no solamente como un espectador pasivo, sino que se comprometa con lo que está sintiendo.