A dos años del terremoto del 19 de septiembre que dejó muchos daños
estructurales y damnificados, la Jefa del Servicio Sismológico Nacional (SSN), Xyoli Pérez Campos señaló que el Servicio Nacional que preside enfrenta tres principales retos: La necesidad de un centro alterno de monitoreo ya que “ante una eventualidad en nuestro centro principal, no podríamos informar a las autoridades ni a la población. Y los dos datos que principalmente proporciona el SSN: localización y magnitud, son detonadores de diferentes protocolos de acción”, dijo para Foro-Tangible.
 
Además, es necesario extender la red de monitoreo para poder incrementar la cobertura en el territorio nacional para lograr detectar sismos de al menos magnitud 3.8, pues a partir de esta escala los sismos pueden ser percibidos por la gente. El tercer reto es: crear un sistema ágil y transparente de información disponible para la investigación.
 
Adicionalmente, la doctora señaló la pertinencia de incrementar el número de especialistas en el tema ya que actualmente hay 80 investigadores en sismología para los más de 30 mil sismos por año que suceden en el país.
 
“No hay sismólogos en Guerrero, uno de los estados con mayor complejidad sísmica y de estructura del subsuelo. Oaxaca cuenta con solo 2 sismólogos, al igual que Chiapas. Estamos hablando de 4 sismólogos para atender las necesidades en los estados en los que suceden el 60 por ciento de la sismicidad del país”, dijo.
 
México es un territorio complejo en términos de tectónica y sismología, porque hay muchos tipos de interacción entre las 5 placas que lo componen. A lo largo del Golfo de California las placas se mueven en algo denominado por los expertos en tectónica como desplazamiento lateral entre las placas del Pacífico y Norteamérica, este consiste en un desplazamiento que mueve lentamente a Baja California; mientras que en la costa del pacifico dos placas (Rivera y Cocos) están chocando Cocos al ser más densa por su composición y al venir cargada con agua se sumerge por debajo de la placa de Norteamérica en un fenómeno conocido como subducción. Y hacia el sur, en Chiapas la placa del Caribe se suma a este juego de interacción, con naturalezas aún inciertas para geólogos y geofísicos.  
 
Así, un sismo se produce cuando se libera energía acumulada de los choques entre los bordes de las placas tectónicas, en la corteza terrestre o al interior de los continentes. “Ese es el peligro al que estamos expuestos, hay sismos en todo el país pero se concentran en el margen occidental” en dónde está presente la subducción, explicó para Tangible Xyoli Pérez Campos, Jefa del Servicio Sismológico Nacional.
 
Estos fenómenos son naturales, pero los desastres que ocasionan no —señaló Liliana Estrada Galindo, directora de la Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión (INCyTU). “Tendemos a asociar grandes sismos con grandes catástrofes, pero cabe aclarar que los desastres no son naturales. Los desastres se derivan de una mala construcción, es importante explicar que el riesgo de desastres es la probabilidad de ocurrencia del desastre que está compuesto de tres factores: la amenaza, la exposición, y la vulnerabilidad”
 
A partir del conocimiento se pueden construir políticas públicas de ordenamiento territorial y de reglamentos de construcción, es decir, acciones de gobierno. Además, existe la Gestión integral de riesgos de desastres, que es una visión estratégica que busca reducir y mitigar los riesgos e incluso busca anticiparse para que los desastres sean los menos y con ello menor infraestructura sea afectada y haya menos pérdidas de vidas humanas, señaló la directora de INCyTU.
 
“Estar informados nos permite actuar en el momento de una emergencia”, concluyó Xyoli Pérez Campos.
 
Pie de foto: A partir del conocimiento se pueden construir políticas públicas de ordenamiento territorial y de reglamentos de construcción, es decir, acciones de gobierno. Foto: Anayansin Insunza.